Madrid se vuelca con su mascletá
Esta ha sido la primera mascletá de la historia que se ha celebrado en la capital, no sin polémicas a la iniciativa de Almeida
El alcalde ha justificado su ausencia en el acto multitudinario en señal de duelo por los dos fallecidos en el incendio de una residencia
Almeida no irá a la mascletá en señal de duelo por la muerte de dos mujeres en una residencia
Una mascletá el 18 de febrero 'inaugura' en Madrid las Fallas de Valencia
Madrid
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Iniciar sesiónFinalmente, la juez dio la razón y el apoyo a Almeida y ha habido mascletá. El recurso interpuesto por la asociación protectora de animales, innominada Salvando Peludos, ha quedado durmiendo el sueño de los justos con gran sufrimiento de gaviotas reidoras y de los siluros ... que hay encima y debajo del Manzanares. La cuestión es que Madrid ha sido este domingo Valencia por una bravuconada jocosa del alcalde, que prometió que si la primera edil de Valencia, María José Catalá ganaba las elecciones, se iba a traer una mascletá al Foro, y así ha sido.
Día mediterráneo
El asunto es que el día fue mediterráneo en Madrid, y que ya, antes de las 11.30, que era cuando el encuentro institucional en Cibeles, había quien curioseaba por ver falleras. Antonio y María Dolores, ella de Paterna, provincia de Valencia, estaba ilusionada. «Es que es importante que se conozca la esencia de las Fallas, y trayéndolas a Madrid ni se pierde la identidad ni nada». Llevaba al marido al lado, Antonio, que asentía sentado en la parada del bus más cercana al palacio de Cibeles. «Míralo, si el primero que quiere ver a las falleras», comentaba guiñando. Y así han hecho más amable la espera, señalando a los autobuses que pasaban esperando ver los rodetes, que es el peinado de las falleras en el corazón de Madrid.
En el palacio de Cibeles, ya dentro, la señera coronada junto a la estrellas, la bandera de la Comunidad de Madrid, y la del oso y el madroño. En la espera sonaron pasodobles en Cibeles que no habrían de faltar en todo el día. Y música clásica. Faltando un minuto para las once y media, la fallera mayor María Estela, y la infantil, Marina, desfilaban junto a su corte bajo la cristalera del patio del ayuntamiento. Tanto Almeida como María José Catalá, han insistido en que son ambas ciudades «pueblos hermanos». De hecho, Almeida ha iniciado el ritual con las palabras de rigor: «Senyor pirotècnic, pot començar la mascletà». Eso antes de excusar su ausencia, lógicamente, por el fallecimiento de dos personas en una residencia en Moncloa-Aravaca. Y el minuto de silencio de rigor.
Memoria feliz del Levante
Ya en Puente del Rey, todo ha sido memoria feliz del Levante. Espíritu de mediodía en la plaza del Ayuntamiento de Valencia. Miles y miles de ciudadanos guardando la espera bajo un sol implacable. Arroz y tartana y faltaban por allí Blasco Ibáñez y hasta un Sorolla (citado con cariño en el acto en el ayuntamiento) que captara los matices. La gaviota reidora antes mentada tampoco se vio muy afectada; de hecho ni se le vio, que a los mediodías, la fauna exótica del Manzanares, del Meaques y de la Casa de Campo en suma, tiene otras prioridades y otros lugares. Se afanaban, eso sí, desde Pirotecnia Valenciana por no dejar ni un detalle al aire.
Al fin y a la postre, han venido los que son la embajada de su tierra, y como tal iban y venían soltando algún 'cariñet' entre risas. Y lo que iban llevando entre manos era importante. Casi 300 kilos de pólvora. Los mismos que según José, y por encima del chotis de y de Nino Bravo, «le cuestan el dinero por una apuesta». Y lo ha dicho convencido y bravo, a diez centímetros de un cartel de la asociación Anima Naturalis.
Y ha llegado la hora, el humo con los colores de la señera, que son los de España. Y petardos con ritmo, y ha quedado el bajo cielo la humareda con la bandera patria, dejando el cielo rojo y gualda. Después más ritmo de banda valenciana, señeras de plástico, y la fiesta a orillas de un Manzanares que se ha hecho el sordo en esos siete minutos desde que las falleras dieron la venia al pirotécnico, hasta que Madrid les ha devuelto el aplauso. Se ha recordado por megafonía, incluso, la que montó Tierno Galván en el 82.
Un murciélago, símbolo de la ciudad del Turia, se ha echado de menos. El Manzanares, ni antes ni después se ha quejado. Cosas de bajar augusto, lento, seco. Igual le sorprenden los miles de madrileños en un domingo que ha inaugurado oficiosamente las Fallas en Madrid. Con aplausos de emoción. De los de allí, como Lamberto Rodrigo, de Real de Montroy, y de los de aquí.
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