El jurado declara culpable de cuatro asesinatos al Portugués por el atropello de la boda de Torrejón de Ardoz
Micael da Silva se enfrenta a prisión permanente revisable, según las peticiones de condena de la Fiscalía y las acusaciones particulares
Boda de sangre en Torrejón: no hay paz para las víctimas del Portugués, que va a juicio el 12 de mayo
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Iniciar sesiónEl jurado popular ha tardado apenas un día en hallar culpable, por unanimidad, a Micael da Silva, el Portugués, del atropello masivo que costó la vida a cuatro personas y dejó heridas a otras nueve durante el convite de una boda en el restaurante ... El Racho, en Torrejón de Ardoz, en noviembre de 2022. Se le acusa de cuatro asesinatos con dolo eventual y sin atenuantes ni eximientes (el condenado alegó miedo insuperable), además de los intentos al resto, por lo que tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares han solicitado para él la prisión permanente revisable.
Son más de dos delitos de asesinato, amén de que uno de los fallecidos era menor de edad, por lo que, en principio, se ajusta el caso a los parámetros que establece la legislación española desde 2015 para esta condena, la lmayor de nuestro Código Penal.
De cualquier modo, será el tribunal, compuesto por tres magistrados, de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Madrid, los que a partir de ahora dictaminen la sentencia: si ven pruebas para aplicar la PPR o se dirime la matanza como cinco asesinatos y nueve intentos, que podrían sumar de largo los doscientos años de cárcel.
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El escrito de calificaciones provisionales de la Fiscalía señala que, sobre las 2.40 horas del 6 de noviembre de 2022, en plena reyerta, el Portugués, se dirigió «con sus cuatro acompañantes hacia el fondo de la calle de Jaén, perpendicular a la avenida de la Constitución, donde estaba estacionado el vehículo del procesado, un Toyota Corolla Verso, que no constaba asegurado en esa fecha». Lo arrancó y, «sin darles oportunidad de apartarse», se llevó por delante a sus trece víctimas.
El fiscal señala que uno de los menores, hijo de Micael, fue quien motivó que los echaran del evento, al intentar ligar con una de las participantes en la boda. El Portugués discutió con alguien por un «vaso de whisky» y uno de los jóvenes propinó un puñetazo al padre del novio. Por si fuera poco, otro de los expulsados sacó una navaja. Se lo recriminaron y le consiguieron apartar. Empezaron entre las familias a golpes y botellazos, sillas que volaban y juramentos de muerte. También ha quedado probado por el jurado que el dinero hallado en el coche era el recolectado por los novios en el convite, que llevaba la abuela del contrayente, una de las fallecidas, en su escote durante el atropello.
El encartado aceleró (hay imágenes que así lo atestiguan), «a sabiendas de la presencia de las personas allí congregadas y con total voluntad de causarles la muerte o asumiendo la posibilidad de que ello sucediera». Fallecieron Consuelo Bruno Silva y su hijo Casiano Romero Bruno, vecinos del barrio de Los Ángeles (Villaverde). Eran la abuela y tío del novio, que fueron enterrados en Navalmoral de la Mata (Cáceres). Las otras víctimas mortales del brutal atropello a manos de Micael Da Silva Montoya, Juan Manuel e Iván, este último de solo 17 años, recibieron sepultura en el cementerio de Carabanchel.
Los heridos son Ángel Jiménez Bruno, Victoria Pardo Bruno, María del Carmen Navarro Vázquez, Fernando Romero Bruno, Diego Mendoza Rodríguez, Casiano Romero Navarro, Daniel Jiménez Suárez, Antonio Jiménez Suárez y José Antonio Jiménez Bruno. Otro varón fue golpeado por el coche pero no ha presentado denuncia.
Micael da Silva declaró en el juicio que «todos» los invitados le querían matar, asegurando que al escuchar disparos, se agachó por miedo y el coche aceleró por su propio cuerpo sin tener intención de que se produjera la masacre ocurrida.
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