Un curso en familia de acogida: «En el centro de menores tenía miedo al mañana; ahora, con una familia, sé que tengo futuro»
Niños de entre 7 y 17 años buscan hogares de acogida para salir de las residencias durante el curso escolar
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«¿Y por qué yo no iba a estudiar una carrera? Ahora sé que puedo hacerlo; y ello es posible gracias a mi familia de acogida. Desde que vivo con ellos estoy tranquilo, centrado, protegido; me ayudan cada día y voy cumpliendo mis sueños, ... sé que tengo futuro. Cuando aún estaba en la residencia, ni me planteaba ir a la universidad; tenía miedo al mañana. Me enfrentaría solo y sin ayuda a todo y, de verdad, no me sentía capaz». Son palabras de Alberto A. (nombre ficticio para proteger su intimidad), que acaba de cumplir los 18 años y ha conseguido quedarse en acogimiento permanente gracias al apoyo y cariño de la familia con la que vive. Ha recuperado la ilusión, y lo que es aún más importante: la confianza en sí mismo.
Alberto era uno de los 1.500 menores tutelados por la Comunidad de Madrid, administración a la que corresponde su guarda y custodia, que viven en centros de acogida. Fuera de ellos no cuentan con quien les cuide, bien porque no tienen ni padre ni madre ni familia cercana, bien porque su familia biológica no puede atenderles. Pero estos menores tienen los mismos sueños e inquietudes que sus compañeros de clase quienes, cuando terminan la jornada escolar, regresan a casa, donde les espera su familia. A ellos no.
«Crecer en familia es un derecho de la infancia que estamos haciendo realidad —explica Rebeca Martín, trabajadora social de la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (Aseaf)—. A raíz del confinamiento, conscientes de que los menores de los centros de acogida ni podían acudir a clase ni disponían de medios para seguir el curso online, de que vivían encerrados en el centro, se nos ocurrió que era buena idea proponerle a la Comunidad buscar familias o personas que quisieran acoger en su casa a los niños o adolescentes». La experiencia resultó tan positiva que ha continuado hasta ahora. Desde entonces, más de 60 menores viven en familia en régimen de acogimiento temporal y su vida ha cambiado para bien en los últimos cuatro años.
Esto ha sido posible gracias a 'Un curso en familia', programa apoyado por la administración autonómica y gestionado por las asociaciones Aseaf, Familias para la Acogida, Adamcam y Soñar Despierto. Menores de entre 7 y 17 años, alojados en residencias de la Comunidad, pueden vivir con una familia durante los nueve meses que dura el curso escolar, tener un hogar de verdad sin moverse del barrio ni cambiar de colegio y manteniendo su grupo de amistades. «Este programa les permite probar y perder el miedo a salir de la residencia. En el caso de los mayores de 15 años la experiencia resulta todavía más gratificante, pues al ser más maduros llegan motivados y agradecidos y especialmente dispuestos a integrarse en el entorno familiar», concluye Martín.
«Solo se necesita cariño y dedicación, y el programa está abierto a cualquier tipo de familia», comenta la vicepresidenta de Familias para la Acogida, Teresa Díaz, quien con el apoyo de los voluntarios de la asociación ha recorrido Madrid durante la Navidad, asistiendo a ferias, encuentros y eventos para explicar cómo es el proyecto y animar a los potenciales padres y madres de acogida. «Hacemos un llamamiento porque necesitamos familias en la Comunidad y sólo disponemos ya del mes de enero para encontrarlas y que acojan a los niños durante el presente curso, aunque ya empezamos también la búsqueda para el próximo curso», comenta Díaz, quien desde hace muchos años también es, a la sazón, madre de acogida. No importa si son familias monoparentales, con hijos o sin ellos.
«Muchos niños proceden de familias desestructuradas o con problemas y para ellos lo mejor es sentir y comprender lo que significa vivir en una familia normalizada —prosigue Díaz—. Los chavales acogidos se sienten únicos porque disfrutan de atención personalizada, porque durante 24 horas al día los acogedores están para ellos. Un niño decía a sus acogedores: «Vosotros, ¿estáis siempre de turno?» El programa repercute muy positivamente en el rendimiento escolar. Además de contar con los padres de acogida, los menores acceden a una red social de apoyo sana, fiable y sólida que les ayuda a darse cuenta de que pueden tener un porvenir».
Cariño en dos direcciones
Finalizado este periodo se valora, si la familia lo desea, la posibilidad de prolongar el acogimiento, «teniendo siempre en cuenta el interés superior del menor», así como la opinión y criterio de los técnicos de la Comunidad.
Marcos y Ángela acogieron en 2023 a una niña de 12 años y están cada día más ilusionados: «Ambos venimos de familias muy numerosas y unidas y creemos, y sentimos, por todo lo que hemos recibido en nuestro hogar, que tenemos mucho que devolver y mucho cariño que ofrecerle». Emily es otra joven de 18 años que llegó a una familia de acogida a finales de 2022. Ahora ya está colgando carteles con Marcos (a quien considera su hermano), para que más familias madrileñas hagan como ellos: «Estoy en una familia y me ha cambiado la vida. Ahora estoy muchísimo mejor, cosas que pensaba que no iba a conseguir las he logrado y estoy muy feliz», relata Emily entusiasmada mientras detalla su experiencia. El propio Alberto A. se ha convertido en otro preciado embajador de la causa y anima personalmente a los compañeros de su residencia para que soliciten el próximo curso escolar la posibilidad de ser acogidos, al tiempo que explica a las familias acogedoras potenciales que la experiencia es muy gratificante, en ambas direcciones.
Así lo confirma Díaz, quien explica que «los padres de acogida se sorprenden por cómo esta decisión cambia para bien su vida y enriquece el día a día familiar; es una experiencia preciosa». «Tú crees que vas a dar mucho pero recibes mucho más de lo que esperas. El acogimiento es como un gran tesoro que no se conoce —prosigue—. No se trata de una adopción y los niños no pierden el contacto con su familia de origen. Damos por hecho que lo normal es tener familia, pero no me canso de recordar que para muchos niños y adolescentes esto no es así. De ahí la gran importancia de este programa». Cualquiera puede informarse en uncursoenfamilia@aseaf.org o llamando al 623 490 246 y, además, ofrecen charlas informativas 'online'.
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