Cientos de madrileños bailan juntos en el Metro

Para conmemorar los 25 años del programa Madrid en Danza, viajeros anónimos ejecutaron una coreografía con música de Michael Jackson

Cientos de madrileños bailan juntos en el Metro JAIME GARCÍA

SARA MEDIALDEA

Once y media de la mañana, metro de Nuevos MInisterios . Tránsito habitual: grupos de jóvenes, viajeros con maletas desde o hacia el aeropuerto, familias desplazándose, usuarios comprando billetes en la máquina o cruzando el torno de entrada... De repente, suenan tres timbres por ... megafonía y comienzan a sonar canciones de Michael Jackson . Tres viajeros se ponen a bailar; a los diez segundos, se les unen otros tantos, conformando una coreografía que va saltando de tema en tema y a la que se van agregando los que pasan. Así, hasta congregar a más de 300 personas bailando con bastante sincronización, ante el asombro y la estupefacción del resto de pasajeros. En especial de los turistas, que no salen de su asombro.

El acto no era del todo improvisado: de hecho, había personas que llevaban semanas ensayando la coreografía. Todo partió de una idea de los organizadores de Madrid en Danza , el festival que convoca, desde hace 25 años, la Comunidad de Madrid. Para festejar una fecha tan redonda, a sus responsables se les ocurrió organizar un «flashmob» , un acto multitudinario convocado a través de internet. Dicho y hecho: unos avisos en las redes sociales y el entusiasmo de los madrileños hicieron el resto. Los interesados fueron informados de dónde encontrar la coreografía a ensayar —un vídeo «colgado» en youtube—, y citados hoy poco antes de las once y media en Nuevos Ministerios. La consigna: disimular; el acto debía ser lo más espontáneo posible.

Así resultó: los grupos de bailarines se iban agregando sucesivamente, hasta abarrotar el vestíbulo de la estación. Con mucho arte y bastante sincronización, ejecutaron la danza de algunos de los fragmentos más conocidos de la música de Michael Jackson. Tan pronto como cesó la música, el improvisado ballet se disolvió como la espuma, entre los aplausos de los alucinados espectadores. «Wonderful!», repetía sonriendo y con los ojos como platos Wesley, recién llegado de Canadá. «¿Y Madrid es siempre así?».

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