Verdades y falsos mitos del «histórico» luminoso de Tío Pepe de la Puerta del Sol
Nació durante la Segunda República y sobrevivió a los bombardeos de la Guerra Civil, pero no como lo conocemos hoy en día...
Nació durante la Segunda República y sobrevivió a los bombardeos de la Guerra Civil, pero no como lo conocemos hoy en día. El cartel de Tío Pepe que González Byass colocó en 1936 en el Hotel París pasó a mejor vida en los años cincuenta del siglo pasado. El que hoy duerme en los almacenes de la empresa de rótulos fue su sustituto y llegó a la Puerta del Sol después de la gran reforma de la plaza en 1951 . No tiene por lo tanto 76 años, ni es más antiguo que la placa del «Kilómetro Cero».
Ambos carteles fueron diseñados por el publicista Luis Pérez Solero. El primero de ellos — sin botella, chaquetilla ni sombrero cordobés —, fue colocado en la azotea con motivo del centenario de las bodegas jerezanas. Con una tipografía distinta, en lugar de botella el cartel lucía una copa de fino . «Vinos, Jerez, Coñac» rezaba bajo el luminoso que entonces comenzó a lucir con 30.000 vatios de potencia.
La hemeroteca de ABC no deja lugar a dudas. Su antigüedad ha sido utilizada como argumento por la «Plataforma Pro Tío Pepe» para tratar de conseguir que fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Un hecho que suscitó la reacción de la asociación «Ciudadanía y Patrimonio» que, sin negar el simbolismo que el cartel tiene en la capital, considera exagerada la calificación como BIC.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete