Treinta años del Ruedo: radiografía de un icono del realojo en Madrid que ya no quiere ser gueto
El bloque de Moratalaz cumple ahora el plazo fijado para que sus 346 casas puedan salir a la venta en el mercado libre
Los vecinos del extinto poblado de Pozo del Huevo luchan por dejar atrás el largo estigma de la conflictividad
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Iniciar sesiónDos cafés y una porra no superan los tres euros en el bar El Ruedo. El cobro con tarjeta es a partir de los diez, por lo que el dueño de este pequeño local, convertido en una especie de sede social del icónico edificio ... de realojo del distrito de Moratalaz, agradece recibir el pago justo en monedas. «Mejor así, porque me dejas sin cambio», esgrime, sincero. La hora de comer se acerca y algunos lugareños combaten las altas temperaturas a la sombra del bloque. La sensación se confirma rápido : El Ruedo es un pueblo . «Aquí nos conocemos todos», aseveran tres mujeres, cuestionadas por el vencimiento de los 30 años de protección de las 346 viviendas, 6 locales de negocio y 160 plazas de aparcamiento que ostenta la singular obra del arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza.
Ahora, con el nuevo marco, las propiedades pueden salir a la venta a precios de mercado libre; algo que no parece importar en demasía al humilde vecindario. «Vender, se llevan vendiendo toda la vida», recuerda otro joven, sin querer entrar en detalles. La desconfianza de un enclave que lucha desde hace años por dejar atrás su estigma es notoria. Nadie quiere fotos y mucho menos abrir las puertas de sus casas. Actualmente, la Comunidad de Madrid mantiene 152 viviendas arrendadas, con un precio medio que ronda los 180 euros mensuales. Más de un tercio de ellas, 52 para ser exactas, cuentan con recibos impagados; una deuda que hasta mediados del pasado mes de julio ascendía a 422.913 euros.
Estos datos, aportados por la Agencia de Vivienda Social (AVS), dependiente de la consejería del ramo, escapan a las conversaciones diarias de la tropa. «Todo eso son habladurías» , dice un residente de avanzada edad, cansado de las malas palabras que a lo largo de la historia del Ruedo se han lanzado sobre ellos. Razón, en parte, no le falta. Pese a que desde la Junta Municipal de Moratalaz aseguran a ABC que el inmueble «no presenta más problemas que cualquier otra comunidad de vecinos grande», los prejuicios, al menos de puertas para afuera, continúan muy presentes. «Hay gente buena y gente mala, como en todos lados», incide Tomás, café en mano, en la misma puerta del bar.
La presencia de periodistas incomoda al resto de moradores consultados. Es mejor no ‘saber nada’ que hablar sin creer del todo el motivo de la visita. Por las características del Ruedo, añaden en la Junta, «se han potenciado las actividades con los residentes desde una perspectiva integral», es decir, incluyéndolos en los distintos programas que se desarrollan desde los servicios sociales del distrito: talleres para mejorar la empleabilidad, formación de líderes juveniles y de mediación vecinal, actividad esta última, específica del bloque.
En marzo de este año, un anuncio en un conocido portal inmobiliario ofertaba la compra de una de estas viviendas, de 80 metros cuadrados, a cambio de 95.000 euros . Una cantidad, dada su ubicación, muy por debajo del rango de precios que presentan las casas de las fincas colindantes. Tal es el temor de los posibles compradores, que muchos desecharon la posibilidad de inmediato. Otros, en cambio, optaron por acercarse y preguntar a los residentes más cercanos al Ruedo. La práctica mayoría coincidía en que la conflictividad de antaño, en una época donde los repartidores de comida a domicilio tenían la orden de no entregar pedidos tras el muro de ladrillo visto, ha quedado reducida a la nada.
Y eso, a pesar de que el pasado mes de enero, en pleno temporal de Filomena, decenas de personas saquearan un tráiler de fruta atrapado en la nieve . «Mira, mira, mira... Mira la gente que hay ahí... Venta pa’ acá, pa mi barrio [sic], que están desvalijando un chisme. Flipas, cincuenta personas que hay. Mira, mira cómo corren... (risas). Alucinas, chaval, madre lo que están mangando con el camión», comentaba entonces un vecino, mientras algunos de los rateros sorteaban la valla exterior del Ruedo cargados con la mercancía afanada.
Opción de compra
Episodios aislados al margen, lo cierto es que El Ruedo vive días tranquilos. La renta media de alquiler se sitúa en 179,44 euros al mes, lo que equivale a 1,66 euros por metro cuadrado construido. Para optar a la compra en propiedad de los pisos, señalan en la Agencia de Vivienda Social, los arrendatarios deben cumplir una serie de requisitos: acreditar que la vivienda es su residencia habitual y permanente, encontrarse al corriente de pago (tanto del propio alquiler como de las cuotas de la comunidad vecinal) y no ser titular de otra casa en propiedad.
Además, en caso de disfrutar de una reducción en el precio de la renta, los beneficiarios deberán renunciar al importe de la misma y abonar la diferencia de los últimos tres años . Misma circunstancia para aquellos que sean adjudicatarios regularizados por la Ley 18/2000 (tres viviendas) o 9/2015 (17 viviendas), obligados al cumplimiento de los requisitos establecidos en dichas normativas.
De las 346 casas levantadas en El Ruedo, 174 están en manos de sus dueños desde 2008, cuando las escrituras de compraventa se elevaron a públicas, con garantía hipotecaria a favor del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) . Otras tres se encuentran en cesión de uso (una, a Cáritas y dos, a la Dirección General de Servicios Sociales). Con todo, la buena trayectoria del bloque no evita que aquel modelo de realojo, basado en trasladar conjuntamente a cientos de familias de un lugar a otro, haya quedado obsoleto.
Sistema caduco
El actual sistema se basa en ofrecer viviendas en altura, dispersas por toda la región y adquiridas en el mercado de segunda mano. A ello se suma la acción integral y el acompañamiento de los inquilinos, combinando la interacción familiar y la comunitaria ; la adaptación al proceso de integración, adecuada a los diferentes ritmos de cada hogar; y la autonomía familiar, con herramientas que faciliten su capacitación e integración en el nuevo entorno social.
Erradicar los asentamientos chabolistas y trabajar para que no se produzcan otros nuevos son dos de los principales objetivos de la Agencia de Vivienda Social. Lejos queda ya el fin del poblado del Pozo del Huevo , erigido hasta principios de la década de los 90 en el distrito de Villa de Vallecas. Sus habitantes dejaron atrás sus casas prefabricadas para mudarse al Ruedo, la primera de las grandes moles de realojo que aun busca, 30 años después, dejar atrás la alargada sombra del gueto.
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