Tiroteo frente al centro comercial Las Rosas: el asesinado tenía antecedentes por homicidio doloso

Las hipótesis apuntan a una venganza o ajuste de cuentas, larvado de tiempo atrás, que bien puede estar relacionado por el crimen anterior por el que fue detenido el ahora muerto. La Sección de Homicidios de la Policía Nacional ha tomado las riendas de la investigación. Al cierre de esta edición, se estrechaba el círculo en torno a la identidad de los autores.

Los hechos se produjeron unos cinco minutos antes de las tres de la tarde. El conductor de un Citroën C5 gris transitaba tras salir de casa en sentido a la avenida de Guadalajara cuando, desde la calle de Nicolás Salmerón, en la frontera con Ciudad Lineal, un BMW X5 oscuro le empotraba frontolateralmente. El Citroën quedó casi destrozado y parado en medio de la calzada. El todoterreno, en el que según fuentes policiales, viajaban cuatro varones y una mujer, se dio a la fuga a toda velocidad por la calle de Fuente Carrantona, que atraviesa Moratalaz y enlaza con el barrio de Puente de Vallecas y la A-3 (carretera de Valencia).

Pero, rápidamente, apareció un tercer vehículo, también protagonista de la sangrienta celada: desde ese turismo, que no pudo ser identificado por el principal testigo, dispararon en al menos ocho ocasiones contra el conductor del C5. Cinco tiros le alcanzaron, fundamentalmente en la cabeza, después de destrozar el cristal de la ventanilla.

En este punto, según la fuentes consultadas, se abren dos opciones: uno o dos individuos bajaron del coche atacante y dispararon con pistolas (dejaron casquillos, a diferencia de lo que ocurre con los revólveres) o bien el que iba de copiloto ejecutó la sentencia de muerte desde la ventanilla del propio vehículo.

Se da la circunstancia de que minutos antes se encontraba una patrulla de la Policía Municipal y un sanitario del Samur fuera de servicio atendiendo un accidente leve de moto, en la plaza de Alsacia. Entonces, fueron comisionados para lo que parecía otro siniestro de tráfico a menos de cien metros. Cuando llegaron, el médico abrió la puerta del Citroën y, al ver al malherido, lo sacó y comenzó a practicarle las maniobras de resucitación, mientras llegaba el contingente del Samur-Protección Civil, que montó un hospital de campaña allí mismo. Los esfuerzos por revertir la parada cardiorrespiratoria fueron en vano y se confirmó el óbito en el lugar de los hechos.

Comenzaron a llegar familiares y allegados del finado, desconcertados por no saber si era uno de los suyos, hasta una decena: «¡Con lo bueno que era, me lo han matado!», «Tiene varios hijos» , se lamentaban algunas de las mujeres del clan. Los agentes consiguieron calmarlos y que despejaran el lugar, sin más incidentes, aunque hubo que cortar la zona desde la avenida de Guadalajara hasta la calle de Capri.

Hasta el lugar se desplazó el Grupo V de Homicidios de Policía Judicial de Madrid y el de Delitos Violentos de la Científica (DEVI). Se recogieron los ocho casquillos y se realizó una primera inspección ocular de la zona y del coche, que estaba completamente lleno de sangre.

Algún proyectil llegó a impactar en la cristalera de la boca de Metro de Alsacia, sin causar ninguna herida a los viajeros, que no salían de su asombro. Por suerte, a esa hora, en el barrio, no había gran trasiego.

La Policía consiguió las características del BMW huido (aunque la placa parece que estaba doblada) , pero el testigo más fiable no pudo aportar datos del de los pistoleros. Se están analizando las cámaras del centro comercial y demás establecimientos, así como el de los llamados ‘foto-rojos’ del Ayuntamiento, que capturan a los coches que se saltan los semáforos y van a demasiada velocidad.

Sobre la autoría de los hechos, se está recabando información por parte de los familiares del finado, que deben de saber con quiénes había tenido problemas. De hecho, algunas fuentes apuntaban a otro clan asentado en el barrio de Hortaleza . Sin embargo, otro informante no descartaba, por el ‘modus operandi’, que pudiera tratarse de pistoleros de origen suramericano.

Uno de los movimientos fundamentales tras ocurrir hechos con clanes de por medio es que la Policía se entreviste con los patriarcas para que trasladen a su gente tranquilidad y que no intenten cobrarse la justicia por su cuenta. Lo fundamental es evitar una nueva ‘vendetta’ y más derramamiento de sangre. De hecho, por el barrio se desplegaron tanto efectivos de la Unidad de Intervención Policial ( antidisturbios ), como de la de Prevención y Reacción (UPR), para abortar cualquier intento de trifulca.