Parroquia de san Juan Bautista: un tesoro de caridad escondido

La historia de esta parroquia está ligada a la persona de doña Faustina Peñalver y Fauste, marquesa consorte de Amboage (1856-1916). Por cierto, Amboage es título pontificio concedido por León XIII a Ramón Pla y Monge (1823-1892). Fue su segunda esposa y según cuentan las crónicas contaba 23 años de edad cuando contrajo matrimonio. Era natural de Barcelona, donde su padre, Nicolás Peñalver López, fue Regente de la Audiencia de Cataluña. Por dispensa especial, la boda se celebró en el domicilio de la novia, en el número 5 de la calle Pretil de los Consejos. El apellido Amboage es conocido en Madrid por el Palacio familiar, hoy Embajada de Italia en España. De doña Faustina se conservan su retrato y su busto en el Museo del Prado.

Doña Faustina está enterrada en un sencillo y emblemático mausoleo dentro del templo parroquial de san Juan Bautista. En su lápida se lee que falleció a los 60 años. «Gran benefactora de la barriada y la Parroquia de san Juan Bautista. Fundación Barrio Obrero Nuestra Señora del Carmen». Creó un Patronato al que donó un amplio terreno de 70.000 metros cuadrados situado en la Ciudad Lineal de Madrid, entre la Avenida de la Paz y la carretera de Barcelona. El año 1930 se levantaron veinticuatro viviendas y la actual iglesia. Según las crónicas, en los sesenta se reactivó el Patronato, construyéndose una urbanización con un total de cuatrocientas veinticuatro viviendas para gente humilde, un Colegio Público, un Instituto de Segunda Enseñanza, un Centro Parroquial, un Hogar de Ancianos y un Centro Cultural.

Una nota curiosa de esta parroquia familiar y cercana es que está flanqueada por los modernos edificios de la sede de la Vicaría I de Madrid. Además, en la época en la que el Seminario de Madrid se repartía en comunidades de pisos por las parroquias, aquí hubo una muy famosa que dio muchos frutos. En la actualidad el párroco de san Juan Bautista es el joven sacerdote Carlos Alberto Rivas López. Está acompañado por el sacerdote Raúl Sacristán López. El peso de la historia se palpa por el aprecio y el recuerdo de los fieles a sus anteriores párrocos, en particular a don Jacinto Alcántara y a don José María Tena. Tal y como explica Carlos Alberto Rivas, la parroquia está conformada por tres núcleos, la Colonia San Juan Bautista, en la que ahora vive la gente mayor del barrio que llegó en los años cuarenta y cincuenta; la ampliación de la zona que se produjo en el año 2000, con urbanizaciones modernas y familias más jóvenes; y una zona de la parte residencial de Arturo Soria, de casas unifamiliares.

La base de la parroquia es la familia, los fieles se conocen y se llaman por el nombre, el clima es de cercanía y colaboración. Hay una numerosa actividad de grupos, entre los que hay que destacar el grupo de la Comunidad Fe y Luz, el grupo de Oración y reflexión, los dos grupos de madres orantes, los Talleres de Cáritas, que se han potenciado en estos tiempos de crisis, el grupo misionero, el grupo de Jóvenes, que siempre ha sido uno de los signos distintivos de esta parroquia. Como nota, también para la historia, hay que destacar que en esta comunidad nació el famoso Grupo Bocatas, hoy extendido por casi todo Madrid. Y otra de las peculiaridades de esta comunidad es la amplia presencia de religiosos y religiosas en el territorio de la parroquia, los Misioneros Combonianos, las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, las Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, las Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo y los Hermanos de san Juan de Dios.