La hostelería de Madrid confirma su ruina y exige retrasar el horario de cierre a medianoche

Las restricciones a la movilidad han hecho realidad así los peores presagios para un sector que ya llegó al otoño duramente dañado y amenazan con arrasar uno de los buques insignias de la vida económica y social de la región. La situación de emergencia es tal, que el presidente de Ceim, Miguel Garrido, ha exigido oficialmente la retirada inmediata de las medidas en las condiciones actuales. Según confirman fuentes cercanas a su entorno, Garrido remitió ayer mismo una carta al ministro de Sanidad , Salvador Illa , en la que le advierte del dramático estado en que ha quedado la hostelería madrileña tras el «cierre» y le ha reclamado su reversión.

Según las mismas fuentes, Garrido incide en el daño que está haciendo el cierre obligado de los locales a las 23 horas , algo que prácticamente anula las cenas en los restaurantes, y reclama que se retrase una hora más, hasta medianoche. «Los españoles solemos quedar a cenar en torno a las diez de la noche, por lo que si el local debe cerrar una hora más tarde eso es tanto como cancelar por completo el servicio de cenas», explican. Además, el presidente de los empresarios recuerda al ministro cómo el comportamiento en comercios y restaurantes ha sido ejemplar durante los meses de desescalada y no han sido foco alguno de rebrotes.

La semana pasada, cuando se anunciaron las restricciones, Ceim emitió un comunicado afirmando que los locales son «los espacios más seguros». «Los establecimientos madrileños han demostrado su profesionalidad, responsabilidad y diligencia pese a las circunstancias. Son necesarias limitaciones en domicilios particulares donde no existen protocolos , porque los empresarios hemos estado a la altura de las circunstancias», señaló entonces Garrido. Ayer, una vez más, insistió en que los contagios se han trasladado al ámbito familiar, donde el control de la distancia y los aforos es mucho menor. Este fin de semana, con las limitaciones ya en vigor, esta tendencia se habría aumentado.

Por otro lado, Garrido reclama igualmente a Illa que dé a conocer los informes de los expertos que aconsejan un «cierre» de la capital como el que se ha puesto en marcha. También los nombres de los científicos que los han elaborado. El dirigente de Ceim ya expresó esta inquietud en una reciente entrevista con ABC: «Queremos conocer en qué están basando sus decisiones porque tienen consecuencias graves. Estamos muy preocupados por el efecto tan perjudicial que va a tener en la economía».

Las reclamaciones de la patronal no son las únicas. Con la bajada de las temperaturas, Hostelería Madrid también ha puesto el foco en las 1.730 terrazas Covid concedidas por el Ayuntamiento de Madrid desde el inicio de la pandemia y extendidas hasta el próximo 31 de diciembre. La asociación solicita autorización para instalar estufas y paramentos verticales, incluso en aquellos puntos de la capital donde no están permitidos los cerramientos estables, como el distrito de Centro y zonas especialmente protegidas de la ciudad.

«Se hace necesario poder acondicionar las terrazas a la nueva climatología para garantizar el confort de los clientes », esgrimía ayer en un comunicado el presidente de Hostelería Madrid, Juan José Blardony. Estas concesiones han permitido a muchos locales salir adelante. No obstante, hay 2.159 solicitudes que no han obtenido respuesta del Consistorio.

Ceim ya advirtió del enorme coste que tendrán las medidas impuestas por el Gobierno central. Según sus cálculos, las limitaciones se llevarán por delante 600 millones de euros por semana , lo que supondrá recortar el PIB madrileño en un 15 por ciento cada siete días. Además, la actividad perdida, medida en número de horas trabajadas, será del 18 por ciento. Por su parte, la Comunidad de Madrid ya auguró unas pérdidas de 750 millones de euros cada semana que continúen en vigor las medidas, así como una caída anual del 17 por ciento del PIB y la destrucción de 18.000 empleos .

Hace días que el malestar y la incertidumbre se han instalado en el tejido empresarial de la Comunidad. Al margen de la hostelería, un sinfín de negocios sufren los vaivenes políticos y la sucesión de restricciones sanitarias, que al principio afectaban a 45 zonas básicas de salud, una estrategia del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso que aguantó dos semanas. Si bien no están tan afectados por las restricciones de aforo y cierre, el escenario al que se enfrentan los pequeños comercios no es halagüeño. Las limitaciones de movilidad en los diez municipios con más de 100.000 habitantes han hecho que, en el mejor de los casos, sobrevivan con el 60 por ciento de su facturación habitual, según ha podido saber ABC.