La Guardia Civil estrecha el cerco sobre los autores del doble crimen de El Álamo

Como ha venido informando ABC, el Grupo de Homicidios de la Comandancia de Madrid y el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil van encajando las piezas sobre lo ocurrido en el bar Layso, que pasó del jolgorio y los cánticos propios de una fiesta a una batalla campal que acabó con dos jóvenes muertos y varios heridos, entre ellos un niño de diez años que también fue atropellado. Los clanes que preparaban el enlace y que se enfrentaron como los peores enemigos se asientan en un caso en una zona junto al río Guadarrama, en Navalcarnero, y entre Vicálvaro y Puente de Vallecas, en el otro. Los primeros, dada su profesión, reciben el apelativo de los «feriantes» .

Fuentes cercanas al caso detallan que, a falta del informe definitivo, todo apunta a que el BMW embistió a la pareja de frente , habida cuenta de que presenta abolladuras en la parte frontal y en la puerta del piloto, pero no así en el otro lateral. Si bien en un primer momento los investigadores buscaban furgonetas o monovolúmenes, la localización del coche confirma la hipótesis que tomó fuerza en las últimas horas: la utilización de un turismo de alta potencia. Lo que sí ha estado claro desde el inicio es que los homicidas se valieron de un vehículo de cierto tamaño y capacidad, ya que todo ocurrió en unos 300 metros, tantos como los que separan la rotonda contigua al bar Layso y el punto donde se encontraron los dos cuerpos sin vida.

El análisis del coche y el posterior rastreo de sus propietarios supone un paso fundamental para esclarecer el caso. De hecho, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco , declaró en las últimas 24 horas que la Guardia Civil trabaja sobre «pista sólidas», un extremo que contrasta con la especie de ley del silencio que rodea a las dos familias y sus entornos.

El Instituto Armado trabaja también en la identificación de otro coche, implicado en otro atropello masivo durante la reyerta , supuestamente cometido por miembros del clan de Puente de Vallecas y Vicálvaro en pleno fragor de la batalla. Esta embestida dejó malheridas al menos a tres personas, entre ellas el menor, que continúa ingresado en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles. El ataque pequeño fue lo que provocó que los altercados llegaran a tal situación. «Si no hubieran atropellado a nadie a la salida del bar, todo habría terminado en una simple pelea», explicaban a este diario vecinos de la zona.

Mientras tanto, una justicia paralela basada en la ley del talión busca abrirse camino. Tanto, que el clan de los «feriantes» ya ha puesto tierra de por medio ante una posible venganza . Los miembros que vivían en el asentamiento junto al río Guadarrama han abandonado en el lugar casi con lo puesto. Huyeron el miércoles a toda prisa sin más demora que llenar los coches de combustible para no mirar atrás. Quien a hierro mata...