El escritor Jorge Eduardo Benavides recomienda sus sitios favoritos en el Madrid de los Austrias

Yo recomiendo siempre un paseo por el barrio donde vivo, el Madrid de los Austrias , y recorrer algunos de esos maravillosos espacios históricos y con encanto mientras buscamos cualquier lugar para irnos de tapas, por ejemplo por los muchos bares de la Cava baja y alrededores. Esta calle, que arranca cruzando la plaza de Puerta Cerrada y termina en la del Humilladero, tiene una oferta gastronómica variadísima, y además mantiene algunas de las muchas posadas que fueron en tiempos el albergue de quienes acudían de provincias para vender sus productos allí: jamones, naranjas, miel… todo a «precios muy arreglados», como decían los anuncios que encontramos en los periódicos del XIX. De allí partían los carruajes a todos los puntos de España y fue espacio de correrías del célebre Luis Candelas, ladrón de guante fino y no bandolero, como se le predica injustamente.

Allí muy cerca se alza el viejo palacio del Príncipe de Anglona , que fuera también muy atrás la embajada austrohúngara y emplazamiento de lances románticos y grandes fiestas ofrecidas por los Osuna, familia de gran esplendor y que ha dado a Madrid singulares personajes. El pequeño jardín que esconde en su trasera es digno de visita. Y también es lugar propicio para tomar un aperitivo en el cercano café del Nuncio o en otro de similar estampa, en la plaza de la Cruz Verde, el Monaguillo . Para los amantes de los libros, indicar que además de tapas, vinos y cañas bien tiradas, tiene una excelente librería de segunda mano.

Conocido como el Barrio de la Morería, es escenario elegido por muchos cineastas para rodar escenas de sus películas, de manera que en la calle del mismo nombre o en la Plaza del Alamillo no sería extraño encontrarse, a cualquier hora del día o de la noche, con todo el despliegue de una filmación , ya sea de anuncio, película o serie televisiva. Y otra librería estupenda y de ocasión: Arranca Thelma , bella, cuidada y muy surtida.

El paseante se encontrará también con una de las calles más antiguas de Madrid: la de Caños Viejos , que ya figura en los archivos municipales del siglo XVI. Como está situada justo debajo del Viaducto, quien quiera aventurarse por allí y disfrutar de una copa en la agradable terraza del Collins Bar , se sorprenderá de encontrar un hermoso y singular paseo, fresco y verde, pues la calle desemboca en el parque de las Vistillas . Ese pequeño sendero se bifurca y ofrece la posibilidad de bajar hacia la calle Segovia para dirigirnos hacia el cercano paseo de Madrid Rio o bien subir la Cuesta de los Ciegos —o del Marqués de Javalquinto, pues así también la conocen sus vecinos más antiguos—. Vale la pena el pequeño esfuerzo de ascender su empinado y sinuoso graderío. La vista es maravillosa desde el mirador de Bailén , sobre todo sus atardeceres en el verano y, en los días despejados del invierno, la Sierra de Guadarrama. Ofrece una impagable oferta gastronómica y de copas. Allí mismo se emplaza el Corral de la Morería , el tablao flamanco 'más famoso del mundo' y abierto desde 1956. Pero también está, más 'trendy', el María Pandora , donde suele haber lecturas de poesía y presentaciones de libros, y en cuyo ambiente desenfadado y ecléctico podemos disfrutar de una buena copa de cava o un cóctel escuchando jazz de los años treinta y cuarenta. Y si de comer o cenar de postín se trata, allí mismo encontramos el Landó , el restaurante hermano de Casa Lucio. Señorial y todo un clásico, nada mejor para disfrutar de sus carnes o pescados, que han degustado famosos del mundo entero, como queda en constancia por las muchísimas fotos de personalidades que cuelgan de sus paredes. Un paseo corto pero al mismo tiempo inagotable.

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Jorge Eduardo Benavides (Arequipa, Perú, 1964) es escritor. Autor de varios libros de novela y cuentos, los últimos son 'El collar de los Balbases' (La Huerta Grande) y 'El asesinato de Laura Olivo' (Alianza editorial).