La atroz carrera criminal del «Goyito», «Fernando Alonso», «Cabezón» y el «Cheli»

La gran novedad, en este caso, es que han ingresado en prisión, comunicada y sin fianza, acusados de pertenencia a grupo criminal , usurpación, resistencia, robos con violencia (atracos), desobediencia, intento de fuga , daños y delitos contra la seguridad del tráfico.

La operación Ancla arrancó el pasado 2 de febrero, después de que se perpetrara el primer robo; en esta ocasión, a una sucursal de Bankinter de la capital. Fueron repitiendo asaltos, hasta cinco en Madrid ciudad y uno en Alcalá de Henares. Finalmente, los investigadores les echaron el guante el pasado 24 de mayo ( la anterior ocasión fue el 10 de abril ), y realizaron seis registros simultáneos en los distritos de Villa de Vallecas (cuatro) y San Blas (dos).

Los arrestados, además del «Goyito» y el «Fernando Alonso de los aluniceros» son los hermanos Antonio, alias «Galindo» , de 30 años, y José Manuel Peña, el «Cabezón» , de 35. Estos dos se encargaban de la logística y del robo de vehículos (siete BMW para huir y tres turismos de menor valor para empotrarlos), valorados en 250.000 euros.

Manejaban transpondedores, chips e interfaces para sortear los sistemas de seguridad de las centralitas, abrir los vehículos y ponerlos en marcha, precisaron a ABC fuentes del caso.

Asimismo, también se ha arrestado al padre de estos dos hermanos, José Antonio Peñas , de 60 años, que escondía tres pistolas detonadoras, de los calibres 9 milímetros parabellum y 6 milímetros en su domicilio. Por ello, se le acusa de tenencia ilícita de armas y es el único que ha quedado en libertad con cargos.

Los encartados restantes responden a los nombres de Alberto, alias «Cheli» , de 30 años, y Rafael Pérez , de 38, que es el que más antecedentes tiene, junto a «Fernando Alonso» y «Goyito».

Los seis sujetos principales empotraban los vehículos robados contra las cristaleras de los bancos, robaban los llamados cajones recicladores de los cajeros automáticos y escapaban. Se han apoderado así de unos 100.000 euros. Como casi siempre utilizaban el mismo «modus operandi», el Grupo XXI supuso que se trataba del mismo grupo; de hecho, los dos primeros identificados fueron los cabecillas.

El reparto de tareas era el siguiente: los dos hermanos se encargaban de robar los coches;los líderes y un tercero eran los conductores, tan temerarios, que en las huida no dudaban en poner en peligro a los ciudadanos con los que se cruzaban; y el sexto cargaba los cajones con el dinero en los BMW, que tenían grandes maleteros.

Se les atribuye, además, el robo a mazazos en dos tiendas : una tentativa en una de móviles y otro, con éxito, en una óptica.