80 años de la Batalla del Jarama: Viaje en el tiempo a las cicatrices del conflicto

La batalla, que tuvo lugar entre el 6 y el 27 de febrero de 1937, está considerada como uno de los episodios clave del conflicto español. Con la presencia de las Brigadas Internacionales junto al Ejército Republicano, se ubica en la Historia contemporánea como la primera contienda en la que participaron fuerzas de todo tipo. Los historiadores coinciden en el peso de este capítulo por el número de bajas que ocasionó en ambos bandos, superior a las 15.000, y por su incidencia en el futuro de la guerra, que se prolongó dos años más.

El abrupto paisaje de la ribera del Jarama, al este de la región, conserva casi intactos los kilómetros de pasadizos, trincheras y fortines que ochenta años atrás albergaron la resistencia republicana y los embates del bando sublevado. Enterrados, como las huellas ocultas de una crónica cruenta, subyacen los enseres y armas de quienes se dejaron la vida y la humanidad en aquellos cerros. Muchos están recuperados y expuestos en el Mesón El Cid , que actúa como museo improvisado en su parte trasera. Metralla, bayonetas, pistolas, rifles, obuses, cartas, uniformes, identificaciones, navajas... Todo cabe en la exposición elaborada por Gregorio Salcedo hace más de una década. El resto de artilugios, que quizá se cuenten por cientos, todavía aguardan bajo tierra.

El activo histórico de la zona, sin embargo, se reconoce a primera vista. Un paseo de unos 25 kilómetros por unas trincheras que conforman un vestigio único de la Guerra Civil . Un valor que los municipios en los que se enmarca insisten en reivindicar como atractivo turístico e histórico. Lo que en 2007 ya fue tratado –y rechazado– en la Asamblea de Madrid, ha resucitado por el aniversario de la batalla. Arganda del Rey, por ejemplo, conmemorará el conflicto del Jarama con una batería de actividades que se desarrollarán hasta el 11 de marzo.

El 25 de febrero, entre otros eventos, hay prevista una ruta de 7 kilómetros por El Valle y el Cerro del Águila . Como este tramo, la zona baja del río contiene elementos perfectamente conservados, casi ajenos al paso del tiempo. Los nidos de ametralladora de El Porcal y La Poveda, el puente de hierro homónimo, el monumento a las Brigadas Internacionales o los restos del frente republicano de El Campillo. Un itinerario que justifica el proyecto de Parque Histórico de la Batalla del Jarama , impulsado por los ayuntamientos de Arganda, Morata, Rivas y San Martín y que será presentado durante las jornadas de la efeméride.

Estas rutas, que recorren hasta diez puntos de interés , no son una novedad. Morata de Tajuña ya recreó en marzo del año pasado la histórica batalla, una actividad que se repetirá próximamente. El muro que contuvo a las tropas franquistas en su avance hacia la capital, con la intención de cortar la conexión con Valencia, ya destaca como un atractivo sin igual. Lo cierto es que la Comunidad de Madrid es una de las regiones con mejor conservación de estas huellas bélicas. A las rutas hay que sumar el búnker del Parque del Capricho , en Madrid, que ofrece visitas guiadas en el refugio republicano del general Miaja, estrechamente relacionado con lo ocurrido en el Jarama hace ochenta años.