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El lotero acusado de quedarse un boleto premiado con 4,7 millones se enfrenta a 6 años de prisión
El dueño del premio nunca conoció su suerte, porque el acusado le dijo que la papeleta no estaba agraciada. Su hermano, también acusado, se enfrenta a la misma pena
'Se busca millonario': Un boleto ganador, 300 pretendientes y 4,7 millones
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Iniciar sesiónEl retorcido caso del boleto de la Primitiva premiado de La Coruña enfila su recta final. Diez años después de que un lotero de la ciudad anunciase que se había encontrado en su administración con una papeleta premiada con 4.7 millones de euros ... sin dueño, el caso llegará a juicio. A espera de conocer la fecha exacta, ayer se hizo público el escrito de acusación del Ministerio fiscal, que pide 6 años de prisión para el lotero y otros seis para su hermano, en ese momento delegado provincial de Loterías. Los hechos que narra la Fiscalía son de sobra conocidos después de una década en busca del acertante, pero arrojan nueva luz sobre los movimientos de los acusados en las horas y en los días posteriores al suculento hallazgo.
De entrada, la fiscal dibuja el perfil de la persona que, para la Policía, es el legítimo dueño del premio. Para dar con él se llevó a cabo un profundo trabajo que ayudó a descartar a los más de 300 solicitantes que aparecieron cuando la noticia se hizo pública. Ninguno de ellos, según los investigadores, podía ser el dueño. Pero sí lo era, según resalta, un vecino de la ciudad que «semanalmente hacía diversas validaciones y comprobaciones de la Lotería Primitiva, el Gordo de la Primitiva, el Euromillón y la Bonoloto». El rastro de cada una de sus apuestas, dentro y fuera de Galicia, permitió a los agentes certificar que esa mañana de junio de 2012 esta persona se dirigió al despacho de la calle San Agustín, regentado por el acusado, y le pidió que le comprobase sus boletos «confiado en el que el lotero realizase el procedimiento correspondiente y le comunicase el resultado». De ahí que, cuando el acusado le confirmó que ninguna de las apuestas había sido premiada, se marchase sin darle más valor. Ni siquiera cuando la noticia saltó a los medios, esta persona, ya fallecida, pensó que la apuesta -automática- pudiese ser suya.
Por su parte, «conocedor del alto importe del premio al tratarse de una primera categoría [...] el lotero no le comunicó al apostante dicho extremo ni le devolvió el resguardo». Todo lo contrario, defiende el Ministerio Público, lo verificó varias veces más y seguro de que tenía premio «ese mismo día acudió a la delegación provincial de Loterías que regentaba su hermano». Y aquí se empezó a cocer la segunda acusación, porque la fiscal del caso sostiene que el hermano «omitió toda actuación, como delegado provincial, que pudiese servir para verificar el origen real del boleto». «Desde ese momento -reflexiona el escrito- los acusados desplegaron una actuación continuada para evitar la incoación de cualquier procedimiento que pudiese retrasar el cobro efectivo del boleto». Antes de tres meses, y sin iniciar procedimiento administrativo alguno tras ser la papeleta depositada en la Sociedad Estatal de Apuestas y Loterías del Estado (SELAE), el lotero solicitó por primera vez el cobro del premio.
Ante la negativa, volvió a solicitarlo, a través de su hermano, al menos en tres ocasiones, contestando la asesoría jurídica que el procedimiento a seguir obligaba a seguir el expediente del hallazgo. Cuando los agentes descubrieron que el boleto había sido comprobado el mismo día de su pérdida en la administración del lotero que presuntamente lo encontró iniciaron la búsqueda el dueño real, que había fallecido en enero del 2014. La fiscal pide 6 años de prisión para cada uno de los hermanos por delitos de estafa y de blanqueo de capitales, además de una multa de 9 millones de euros para el delegado.
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