La Coruña
Tormenta en la Sinfónica de Galicia
El Concello transmite al gerente su «descontento» por el rumbo de los últimos meses, con su continuidad en entredicho y renovaciones importantes en el aire
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Iniciar sesiónLa Orquesta Sinfónica arrancará el próximo octubre la temporada de su 30º aniversario. Lo que debería ser una celebración, doble si cabe al coincidir también con su regreso al Palacio de la Ópera y el reencuentro con su público, se está viendo enrarecida desde hace ... unas semanas. El Ayuntamiento de La Coruña no está satisfecho con la gestión que se está haciendo de la OSG en los últimos meses , y dibuja un escenario en el que pueden darse todo tipo de situaciones, incluyendo la salida de Andrés Lacasa como gerente del Consorcio para la Promoción de la Música, el ente conformado por Concello y Xunta bajo el que se articula la orquesta.
Según ha podido saber ABC, hace un par de semanas hubo una reunión entre el coordinador general del ayuntamiento, Santiago Roura, el concejal de Educación, Jesús Celemín, y la directora del área de Cultura, Bettina Kohlhaas, con el propio Lacasa, en la que se le transmitió el «descontento» del gobierno local con su gestión de los últimos tiempos.
En el relatorio de reproches, algunos vinculados con la organización de la actividad de la orquesta y todo lo que le rodea: falta de información a abonados y coro, supuestas deudas a proveedores y retrasos en los pagos, entre otros. Incluso se le hizo ver la disconformidad con su escasa presencia no solo en las oficinas sino también en eventos de la propia OSG. Lacasa, según las fuentes consultadas, se mantuvo a la defensiva y llegó a no reconocer la autoridad del Concello, de quien —efectivamente— él no depende orgánicamente, dado que su contrato de alta dirección es con el Consorcio, cuya presidenta es la alcaldesa y en el que la mitad de su junta de gobierno la conforman representantes del consistorio.
«Preocupación manifiesta»
La intención de María Pita era la de «reconducir la situación con Andrés» pero dudan de que esto «sea posible» , y tampoco ocultan la «preocupación manifiesta» por la gestión de los últimos tiempos. Se escudan en las quejas recibidas desde distintos frentes: los propios músicos de la orquesta, la escuela de música, el coro o los Amigos de la Ópera, asociación cofundadora del Consorcio y que cuenta con un representante en la junta de gobierno. «Nos están bombardeando con quejas desde hace meses», y dejan entrever una «dejación de funciones» en las actuaciones del todavía gerente. ABC intentó ayer sin éxito recabar la versión de Andrés Lacasa.
En el Ayuntamiento no se conjuga, por el momento, el verbo cesar. Las fuentes consultadas niegan haber ofrecido el puesto de gerente «a ninguna otra persona», como se ha llegado a especular. Tampoco «se ha pensado en un recambio» porque se sigue confiando en que Lacasa recupere el timón de la Sinfónica. «No se manejan nombres» , subrayan. Pero todo parece cuestión de tiempo, porque la confianza no mejora.
El malestar municipal, sin embargo, no se ha trasladado al órgano decisorio, como es la junta de gobierno del Consorcio. Según han indicado a ABC personas que asisten a sus reuniones, hasta la fecha no se ha abordado el eventual descontento del consistorio coruñés con el actual gerente. Lacasa fue fichado en 2011 por el gobierno de Carlos Negreira, después de un concurso público para cubrir la vacante dejada por Oriol Ponsa, el anterior gerente. La figura del gerente, recogida en los estatutos del Consorcio, es de libre designación y, por tanto, de cese libre por parte de este organismo.
Fin de ciclo
En 2013, de la mano de Lacasa, llegó el actual director titular de la orquesta, Dima Slobodeniouk. Este renovó en 2019 como director de la Sinfónica por tres años más. Todo apunta a que serán los últimos. En una encuesta interna, la orquesta le hizo saber que no quiere su continuida d, por entender que su etapa ha concluido, aunque hacen una lectura sin dramatismos. «Más de cinco años en una orquesta como director titular, sino eres un Abbado o un Ozawa, es muy difícil», coinciden varias voces desde dentro de la plantilla artística, «Dima llegó a su tope» , e insisten en que la rotación de directores en una orquesta es una situación habitual, y que lo extraño es que una batuta llegue a cumplir dos décadas frente a un mismo conjunto, como hizo Víctor Pablo Pérez con la OSG. El Ayuntamiento da al director ruso por amortizado. El de Slobodeniouk no es es el único contrato que se acaba en 2022: también lo hará el de Joan Company, director del coro desde 1998.
Uno de los principales lastres que arrastra el actual gerente es su mala relación con los músicos de la orquesta, de la que el Ayuntamiento es perfecto conocedor. La sensación de la plantilla es que se ha perdido «la ambición» a la hora de programar la actividad de la OSG, y que falta «diálogo» a la hora de trasladar las instrucciones de la gestión. Reprochan que haya «vacantes sin cubrir» y que las temporadas se hayan convertido en «un supermercado de agencias» pero «sin un proyecto detrás», como comentan a este periódico integrantes de la orquesta.
El último ejemplo, indican, es la temporada que todavía no comenzó, donde se regresa a los lugares comunes de la OSG desde que llegó Slobodeniouk: autores rusos y nórdicos. «No se arriesga» , resumen, «hay una dirección equivocada en los objetivos». El 30º aniversario de la Sinfónica promete emociones fuertes. Y no solo musicales.
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