«El reto del lácteo en Galicia pasa por apostar por la transformación»

—¿El aumento del precio de la leche es una consecuencia inmediata de estos acuerdos?

—Conseguimos varias cosas. Por un lado que se retirasen los contratos a la baja y, por otro, un céntimo de incremento, que no es mucho. Si llega a bajar el precio sería un fracaso total y absoluto. A partir de ahí tenemos en marcha todo lo que es el acuerdo en sí. Me refiero al decreto de cesión de precios, que está ahora en exposición pública, al que ya hemos hecho nuestras alegaciones. Espero que las estén haciendo las organizaciones agrarias tal y como le pedimos. Por otro lado, conseguimos el contrato tipo homologado, que ofrecerá seguridad a las explotaciones.

—¿En qué consiste el decreto de cesión de precios?

—Hasta este momento solo la industria tenía obligación de comunicar el precio que le pagaba al ganadero, sin embargo no se sabía qué precio le estaba pagando la distribución a la industria. De ahí la polémica relativa a que la distribución subía una cantidad determinada y ésta no repercutía en el ganadero. Tenemos que decir que en todos los casos no fue así, pero sí en alguno de ellos. ¿Qué ocurre? Pues que si no está legislado el acuerdo, que es de buena voluntad, tiene escasa eficacia. Una vez que ya tenemos la normativa en marcha, estamos en disposición de tomar distintas medidas como que se cumpla la Ley de Cadena Alimentaria.

—Lo que parece evidente es que la parte más débil es el ganadero. ¿Se puede corregir esta situación?

—El ganadero siempre es la parte más débil, pero yo estoy convencida de que va a salir reforzado de esta situación. Se trata de una nueva crisis cíclica. ¿Qué ocurre? Se ha prolongado mucho en el tiempo por algo en lo que todos estamos de acuerdo. Después de 16 reuniones sectoriales concluimos que Galicia no está preparada para dejar las cuotas lácteas. Entonces, desaparece la cuota y la gente empieza a producir y, en consecuencia, hay una saturación en el mercado. Pero yo de todo esto saco una conclusión positiva de cara al próximo año, porque ya se está regulando y nos vamos a hacer más competitivos.

—Esta protesta continua de los ganaderos, ¿cómo la explica?

—En mi opinión se crearon falsas expectativas desde hace varios meses y el ganadero creía que el precio de la leche iba a subir de repente cinco o seis céntimos. La gente del sector sabía que eso no iba a ocurrir. Es imposible, el mercado manda y cabe recordar que hay países, como es el caso de Holanda o Alemania, donde el precio medio es más bajo del que tenemos ahora mismo en Galicia.

—Ya, pero en estos países cuesta menos producir.

—Sí, en esa línea tenemos que ir trabajando, hay que rebajar los costes de producción. Estamos agilizando lo máximo posible que el banco de tierras alcance el objetivo para el cual fue creado que es el de mover las tierras, para que aquel que lo necesite pueda tener una extensión mayor.

—¿Las explotaciones ganaderas gallegas son competitivas?

—No podemos decir que todas sean competitivas. Bien es cierto que el ganadero cada vez está más formado y está cambiando el concepto de explotación por empresa. Con lo cual hay que analizar todos los costes. Hay granjas empresariales más o menos competitivas. La formación es primordial y la base territorial es indispensable. En esta línea es en la que estamos trabajando.

—¿Es cierto que en Francia se ha fijado un precio mínimo? ¿Cuáles son los matices?

—Se quedó la gente con esta letanía y hay quien desde la oposición sigue avalando esa teoría que no es cierta. Tuvo que venir aquí el primer ministro Valls y decirlo. Quien ampara el precio en Francia son las organizaciones de productores, que es lo que se tiene que hacer aquí. No es verdad que haya un contrato vinculante, pero sí es cierto que son las organizaciones de productores las que tienen capacidad de negociar el precio, nunca la administración.

—¿Cómo se puede promocionar un sector que continúa siendo tan vulnerable y agredido?

—Yo lo que les pido a los medios de comunicación que abandonen la imagen romántica del rural. En el rural hay una estampa fantástica para descubrir cuando uno hace turismo, pero por otro lado está la economía en sí. La gente que vive en el rural sí tiene servicios y sí tiene una vida digna. En este momento hay servicios y se vive dignamente. Mostrar otra imagen no beneficia y no es una realidad.

—¿Por qué los productos lácteos gallegos no son tan competitivos como otros procedentes de otras zonas de España?

—Vivimos un momento dulce y tenemos que aprovechar nuestras capacidades. Se trata del Plan de Desarrollo Rural, dotado con 1.186 millones de euros, el reto es saber invertirlos bien y con criterio. Debemos actuar en varios ámbitos y sobre todo amparar que los jóvenes se queden en el rural y que sean jóvenes formados. Hay otra parte que es la transformación, si queremos darle valor añadido a nuestros productos y afrontar la internacionalización.

—¿Falta conciencia ciudadana y audacia empresarial para que los productos lácteos tengan mayor salida?

—En este ámbito todos tenemos responsabilidad. Entre todos podemos hacer una Galicia más fuerte y un ganadero más fuerte, pero para eso tenemos que concienciarnos todos. Nosotros estamos para amparar, mediar y legislar y después hay una parte muy importante que tiene que hacer industria y distribución. No está bien que tengamos que poner en la calle todo nuestro operativo para sancionar al que no está cumpliendo, esto no conduce a nada. Si lo estamos haciendo es porque no queda otra vía. De momento hemos impuesto varias sanciones que se sitúan entre los 3.000 y los 15.000 euros.

—Se han adelantado ayudas a los ganaderos y se han cerrado acuerdos para lograr una mayor estabilidad en los contratos. ¿Se van a prorrogar estas medidas?

—Trabajamos en dos ámbitos. Por un lado, en establecer unas bases para construir un futuro y que no ocurra que cada año y medio o cada dos años tengamos un pico de precios bajo. En definitiva, un marco estable que mientras no exista nos obliga a inyectar liquidez a las explotaciones. Precisamente, los ganaderos gallegos recibieron 28,5 millones de euros, pero este mismo mes sale publicada la orden para modernizar las empresas. A su vez, trabajamos también para favorecer la incorporación de jóvenes, en distintos planos. También incluimos a la industria como por ejemplo el proyecto de Clesa, referido a la transformación en yogurt. Se trata de aportar valor añadido a nuestra leche y seguir innovando para situar al lácteo gallego en el lugar que le corresponde.

—¿Puede concretar una cifra de lo que puede subir el precio de la leche en próximos meses?

—Es difícil hacerlo, pero las previsiones están en torno a los dos y tres céntimos de media.

—¿Se aproxima al precio justo?

—Nunca es justo para el trabajo que hace un ganadero, pero tiene que ser un precio que al menos permita vivir dignamente.

—¿Junto al precio de la leche hay otros retos como el impulso del banco de tierras y la mejora genética del ganado?

—Efectivamente, hemos hecho avances importantes en la mejora de la genética, pero hay que seguir haciéndolos. También vamos a dar el segundo y definitivo impulso al banco de tierras. Yo creo que va a ser determinante de cara al asentamiento poblacional y que éste se pueda producir sin grandes sobresaltos en el tiempo.

—¿Las tractoradas serán algo crónico en Galicia?

—Yo no sé si crónico, pero ahora mismo es algo residual comparado con los 73.000 tractores que tenemos matriculados en Galicia. Yo lo respeto, pero no pueden continuar durante más tiempo, sobre todo porque llega un momento que crea rechazo y no es bueno. El ganadero siempre fue bien visto, pero cuando puede perjudicar a otros sectores llega un momento que genera rechazo entre la gente.

—Galicia es la principal productora de leche y sin embargo es donde menos se paga ¿Por qué?

—Porque no se transforma. Debemos apostar por la vía de la transformación, no hay ninguna otra comunidad que produciendo lo que nosotros producimos no lo esté haciendo ,y esto aporta valor añadido. La mejor opción en nuestro caso es prescindir de las 45 cooperativas en Galicia y, con la suma de todas ellas, conformar un grupo fuerte. O nos hacemos con una entidad potente o tendremos muchas dificultades. Esperamos en breve buenas noticias para el sector.