Política
Ana Pontón y el 'traje nuevo' del BNG
El nacionalismo celebra su asamblea para reelegir lideresa y afrontar un debate de fondo: qué quiere ofrecer a la sociedad gallega para conseguir el tan repetido objetivo de «ensanchar la base»
Pontón, con Oriol Junqueras, el pasado 24 de julio en Santiago
El BNG acude este domingo a su asamblea nacional en el Coliseum de La Coruña con los mejores resultados en unas elecciones autonómicas en más de veinte años. Superaron al PSOE de largo y no solo se erigieron en la primera fuerza de la oposición, ... sino que alcanzaron su techo histórico de escaños, con Ana Pontón como cabeza de cartel. Detrás del periodo de reflexión -concluido con su paso adelante para ser reelegida- de la portavoz nacionalista se intuye, sin embargo, un impás para decidir qué quiere ser a partir de ahora el Bloque, en qué liga quiere jugar dentro del tablero político gallego y cómo se conjuga esa frase que Pontón tanto repite de aspirar a «ensanchar la base». Es un debate de fondo, para el que la lideresa quiere manos libres o, al menos, las mínimas resistencias internas para intentar pescar fuera de ese 20% de la población que se confiesa abiertamente nacionalista. Porque, ¿a dónde va el BNG?
« La pretensión de Pontón es un ‘quintanismo’ adaptado al siglo XXI , recuperando lo que tenía de recuperable», interpreta Xosé Ramón Quintana Garrido, historiador y autor de ‘Un longo e tortuoso camiño’ (Galaxia, 2010), un premiado estudio sobre el BNG y sus primeras cuatro décadas de existencia. El ‘quintanismo’ entendido como la hoja de ruta de Anxo Quintana, el político nacionalista que más poder institucional llegó a tener, vicepresidente de la Xunta durante el bipartito, y que propugnaba un BNG transversal y más moderado, en sintonía con el PNV -con el que entonces mantenía lazos electorales, antes de echarse en brazos de Bildu-.
Uno de los ideólogos del político de Allariz era Antón Losada, profesor de Ciencia Política en la USC y exalto cargo del bipartito. « Me alegra que vuelva el ‘quintanismo’, la pena es que por el camino hayan matado a Anxo Quintana », se lamenta, «y me alegra que Ana Pontón, que estaba en el lado de matar a Quintana, abriera un periodo de reflexión, porque eso es saber qué se siente al estar en este lado, es lo que muchos queríamos, ensanchar la base social del nacionalismo».
Tres claves
Losada tiene claro cuál debe ser la hoja de ruta para el BNG: « Modernizar el discurso, acuñar conceptos y soluciones propias, y un liderazgo que no tenga miedo a plantear determinados debates». «Yo no sé si tiene mucho sentido que sigan diciendo ‘Galiza’, porque a mucha gente le genera distanciamiento», pone a modo de ejemplo, «son cosas pequeñas pero parece que no se pueden plantear». «El BNG apenas elabora teoría propositiva que alimente su práctica política», recoge Xosé Manuel Sarille en su reciente ensayo ‘A nova presenza do BNG’ (Medulia, 2021), «la consecuencia es un abuso de la retórica ampulosa y de clichés doctrinarios durante decenios».
« Al BNG se le plantea la opción real de gobernar, no de ser segundón, y más con este PSOE dividido », añade el también profesor de Políticas de la USC Miguel Anxo Bastos, «la opción de triunfar es centrar el discurso en Galicia». A su juicio, en la Comunidad «hay dos partidos de país, el PP y el BNG» que en su opinión no se mueven tanto en el eje izquierda-derecha, una idea en la que coincide Losada. «El eje principal es nacionalismo-españolismo, ahí es donde puede competir y los demás tienen más dificultades», si bien «eso lo vio Fraga muy bien en su momento y es lo que le permitió crecer y ocupar el espacio galleguista conservador».
Para Bastos, el objetivo del BNG no está en mirar hacia los votantes socialistas «porque si crecen a costa del PSOE poco negocio hacen», sino fijar su objetivo en el caladero del PP: la Galicia rural. «En muchos sitios de Galicia, ese voto PP-BNG rota -sostiene- y en el rural es incluso intercambiable», aunque «en los sectores urbanos esa dicotomía no se da». ¿Puede verse amenazado el PP? Bastos y Losada discrepan. Para el primero « el PP debe seguir su camino, es una máquina muy bien engrasada » y no entrañará problemas un hipotético giro del BNG «si Feijóo se mantiene». «Pero si se retira, el Bloque tiene una baza, porque veremos si el nuevo líder aguanta».
« Para robarle voto al PP, la gente tiene que percibirte como una opción viable de gobierno », diagnostica Losada, «primero necesitas liderar con claridad y que se te vea como la alternativa, y a partir de ahí plantearte cómo atraer votantes que están en el lado del gobierno». «Si no, es muy difícil», reconoce el politólogo, «porque aquí no compites con un PP en crisis, ni desmoronándose o asolado por la corrupción», sino con un centro-derecha «con un liderazgo claro y una maquinaria potentísima». «Esto va a llevar a que el PP afile su discurso regionalista», porque «Feijóo hace mucho tiempo que ignora al PSOE y sabe que su competidor es el BNG». No obstante, Xosé Ramón Quintana advierte: «Que el BNG crezca a partir del PP es la pregunta del millón; Anxo Quintana lo intentó y fracasó».
¿Moderar qué?
Para Quintana, en el seno del BNG estaría dándose «un juego entre el sector más modernizante y el sector ortodoxo de sindicalistas y viejos militantes», los guardianes de las esencias. El historiador cree que incluso los elementos básicos del discurso nacionalista, como la política lingüística, la demanda de un concierto económico o la exigencia de más ‘soberanía’ «se pueden modular». «Quintana lo hizo» sobre la base de una combinación entre «no perder el norte» y «hacer una política más pragmática». « Pontón va a modular clarísimamente el mensaje », apostilla.
Losada cree que, principalmente, «hay que dejar de importar conceptos». « No somos Euskadi ni Cataluña », sintetiza, «el objetivo fundamental de una formación nacionalista es generar sus propias soluciones, sin renunciar a la aspiración de la construcción nacional». « El discurso en sus puntos clave no pueden cederlo », contradice Bastos, «algunas cosas no las puede abandonar, como la inmersión lingüística, pero como tendrá que pactar con el PSOE, las moderará».
¿Pero tiene Ana Pontón margen de maniobra interna para intentar centrar su discurso? «Lo dudo», responde Antón Losada, «lo que le va a dar esa capacidad son los resultados, va a depender de ellos». «Dentro del BNG vuelve a emerger el dilema al que lleva veinte años enfrentándose»: que la UPG mantenga el control o «ser un partido de masas y perderlo, a cambio de llegar al gobierno» . «Y hasta ahora, la UPG ha preferido controlar».
« Es un problema de anacronismo ideológico y organizativo », opina Sarille en su ensayo, «que causa enormes distorsiones y condena al nacionalismo gallego a papeles políticos subalternos. Es una fórmula política atrasada». Hay, sin embargo, una novedad en el actual contexto: la propia Ana Pontón procede de la hegemónica Unión do Povo Galego, mientras que los anteriores líderes que buscaron ese ensanchamiento no, como era el caso de Xosé Manuel Beiras. «Quintana se quedó solo porque nadie lo siguió», apunta Bastos, «pero si ahora los cambios los haces desde la UPG, no tienes quien te haga frente», aunque avisa: «Las viejas glorias siguen teniendo influencia, no son jarrones chinos». Muchos de ellos fijan posición en las columnas de ‘Nos Diario’, «un híbrido de diario de información generalista y ‘house organ’», según Sarille.
« El papel de Quintana fue malinterpretado », esboza Xosé Ramón Quintana, «como perdió aquellas elecciones de 2009, el BNG quedó en un trauma profundo y no se revisó ese momento», pero considera que la organización «ha aprendido de sus errores». La alternativa de volver a equivocarse en el proyecto político es regresar «a una travesía por el desierto» como la vivida entre 2009 y 2020, «y eso es muy costoso para todos».
«El dilema del nacionalismo organizado es transformación o muerte», sentencia Losada, «no les queda otro remedio», porque «si algo ha aprendido el nacionalismo gallego es que sobrevivió al envite de las Mareas por su incompetencia, pero si aparece un competidor no tan incompetente, se los lleva por delante ». Sarille comparte esta visión: «Fueron la primera fuerza electoral [de la izquierda], a una enorme distancia de hegemonía ninguna, porque para ser hegemónico en algo, en algún sitio, hay que ejercer dirección intelectual y moral sobre otros grupos», lo que a su juicio no sucede.
La figura de Pontón
Entre las voces consultadas hay pocas dudas respecto a la idoneidad de Ana Pontón como rostro del proyecto nacionalista. « Es una líder afinada, con carisma », apunta Sarille en su libro, «domina el escenario político, entiende la comunicación, el sentido del espectáculo mediático», y el BNG «consiguió con ella una puesta al día innegable, y eso propició que la organización importe otra vez». Eso, a pesar de que «mientras la líder autonómica trabaja para ser alternativa de gobierno, obrando de modo idéntico a cualquier otro partido parlamentario, el representante en Madrid [el diputado Néstor Rego] abandona el realismo y se homologa con la CUP». La dualidad del Bloque, el lobo con o sin piel de cordero. «Aunque algunos militantes se crean antisistema, el BNG no lo es», advierte Quintana, «es más bien un partido de un reformismo fuerte».
« Sin Pontón no se entiende el BNG de ahora », analiza Miguel Anxo Bastos, «tiene ambición, quiere ser presidenta de Galicia», y «le ha dado al Bloque un liderazgo decidido, aporta una imagen de seriedad, de partido ordenado, con programa». A eso se sumó «el regalo que las Mareas le hicieron al BNG matándose entre ellas» y permitiendo que todo ese voto rupturista recalara en la organización. Esto, sin embargo «demuestra que buena parte del voto del BNG no es nacionalista puro, y que si a ese votante le dan una cosa de izquierda pura española no te lo vas a quedar».
Por último, un elemento nada menor en toda esta ecuación: qué hará el PSdeG con González Formoso al frente. En 1997, en el anterior ‘sorpasso’ nacionalista, la recuperación del PSOE -con la llegada de Touriño en Galicia y Zapatero en España, unos años más tarde- significó el retroceso del BNG. ¿Puede volver a pasar ahora? «Es una relación osmótica», diagnostica Xosé Ramón Quintana: el trasvase de voto de un partido a otro va por etapas .
«La política es impredecible», apostilla. En ese escenario cambiante, Pontón se prepara para presentar este domingo el ‘traje nuevo’ de su organización . El tiempo determinará la calidad y verosimilitud del paño o si, por el contrario, es como el del emperador.