Las eléctricas dejan dos embalses gallegos al 15% de su capacidad

Los datos oficiales son elocuentes. Los embalses de Portas y Cenza se encuentran al 15% y al 13% , respectivamente; Albarellos al 25%, Salas al 27% y Belesar al 29%. Hay otros cuatro en la Confederación Hidrográfica Miño-Sil por debajo del 40%, y cuatro más a algo menos de la mitad. Hace un año, esta cuenca se encontraba, de media, en el 70%.

El caso más descarnado es Portas, casi vacío hoy, estaba al 75% en agosto de 2020 . El cambio de nivel más acusado en los dos embalses más vaciados se produjo en las mismas fechas, la segunda semana de julio. Según datos de la Xunta, el de Portas pasó de estar el 5 de julio al 41,3% de su capacidad al 29,7% solo una semana después. El de Cenza, en el mismo periodo, bajó del 19 al 12%. No es la España seca, ni tampoco un año especialmente falto de lluvias. Los datos de MeteoGalicia hablan de un julio extremadamente seco, pero en el contexto de un 2021 sin alteraciones relevantes en los datos de pluviometría.

Detrás del vaciado están las eléctricas. La inmensa mayoría de estos embalses, de titularidad privada por concesión, no se destina a abastecimiento de la población sino que su fin principal es la generación de energía hidroeléctrica. No es casualidad que el vaciado haya coincidido en el tiempo con la mayor crisis de la historia de España del precio de la luz . Ni la Xunta ni la Confederación Hidrográfica —dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica— ignoran esta evidencia. «Hay una relación directa entre el vaciado, el mercado energético y los intereses económicos» , sintetiza en conversación con ABC la conselleira de Infraestructuras, Ethel Vázquez. El Ministerio respondió con la apertura de expedientes informativos a Naturgy e Iberdrola para indagar en lo sucedido.

Las empresas señaladas niegan la mayor. Iberdrola, que gestionan los embalses de Portas y Cenza, con el descenso de nivel más acusado –al 15% de su capacidad, cuando el año pasado por las mismas fechas la primera superaba el 75%–, niega que la maniobra de la compañía para aprovecharse del alto precio de la energía. E Iberdrola evita incluso hablar de vaciado. «No se ha vaciado, sino que está cumpliendo con su función en el momento más necesario : producir energía para el suministro de la demanda y desplazar –junto a otras fuentes de generación eléctrica competitiva– a las tecnologías más caras», justifica a ABC la compañía.

Es decir, lejos de relacionarlo con intereses económicos de la empresa –como sugiere la Xunta–, según la versión de la compañía, con el uso intensivo de los embalses Iberdrola estaría evitando tener que recurrir a «las tecnologías más caras en la conformación del precio de la electricidad».

Ibedrola pone énfasis que el vaciado del embalse de Portas «se ha movido dentro de los parámetros autorizados y está por encima del mínimo» del 12% –esto es cierto, aunque maniobra al límite– y lanza la pelota hacia el tejado de la Confederación Hidrográfica, con quienes asegura estar en «coordinación», pese a la apertura del mencionado expediente informativo. «Disponen [la Confederación] de datos en tiempo real relacionados con la operativa de las centrales e indicadores medioambientales y de la calidad del agua» y «todos los indicadores son normales», insisten.

Naturgy, por su parte, que gestiona Belasar y Salas –con un descenso de nivel menos acusado–, preguntada por este diario se ha limitado a facilitar un comunicado en el que asegura que explota sus embalses «cumpliendo las correspondientes normas y los planes hidrológicos en vigor» . La compañía dice también que las presas se encuentran «por debajo de la media de los últimos años debido principalmente a una primavera muy seca» a lo que se habría unido «la demanda eléctrica motivada por la ola de calor».

Por su parte, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil confirma que tanto Iberdrola como Naturgy les informaron del descenso de los niveles –como obliga la normativa al superar determinados porcentajes– y que, al menos de momento, «se encuentran dentro de sus normas de explotación de esas presas y a sus normas de concesión».

A la espera del resultado de la investigación anunciada por el Ministerio, la Xunta ha exigido una explicación oficial. A través de una carta a Teresa Ribera, las consellerías de Medio Ambiente e Infraestructuras trasladan su «alarma» ante la situación de los embalses de la Demarcación, y tachan de «irresponsable» la decisión de la Confederación de permitir estos vaciados, por más que estén dentro de los parámetros legales.

«En Galicia-Costa, que es la cuenca competencia de la Xunta, tenemos unos mínimos que no dejamos sobrepasar», alrededor del 20% de la capacidad de la presa, explica la conselleira a este periódico, «pero cada embalse tiene sus circunstancias, y hay alguno cuyo mínimo está en el 40%, como el de Caldas». «Si autorizaron los vaciados no fueron coherentes, porque se está afectando a la flora y la fauna, a los caudales ecológicos de los ríos y también a los regadíos de la zona», resume.

Y los alcaldes de los municipios donde se ubican los embalses ahora vaciados también están molestos. Por ejemplo, el alcalde de Portomarín, Juan Carlos Serrano (PP), municipio al que pertenece el embalse de Belesar. El municipio mantiene una estrecha relación con el embalse, pero reconoce que en los últimos tiempos «lo único que aporta son malestares ». «Si el caudal fuese estable, pues la vida sería diferente. El agua le da valor a las cosas: turismo, deporte.... Aquí no podemos hacer nada porque dependemos del embalse» , lamenta el regidor en una conversación con este periódico.

El catamarán, por ejemplo, hace tiempo que no está operativo, ya que las empresas que lo gestionan deben programarse con antelación. «Nosotros eso no lo podemos hacer, porque puede ser que en agosto, a las cuatro de la tarde, el barco quede en tierra», explica a ABC. Y pone un ejemplo reciente de cómo los cambios de niveles del embalse afectan al municipio. Este año verano organizaron un campeonato nacional de regatas en el que participaron 900 deportistas. Pero la bajada de los niveles del agua, que en los últimos diez años rondaba el 67%, cayó este agosto al 30%. «Tuve que llamar de emergencia a Naturgy y me mantuvieron el nivel tres días. No tenemos estabilidad» .

Serrano carga también contra el Gobierno, pues considera que lo que intenta ahora es «poner a la ciudadanía de su lado y poder decir 'qué malos son los de las eléctricas'». Plácido Álvarez (PP), alcalde de Muiños, localidad al que pertenece el embalse de Salas también cree que se podría haber hecho más para evitar estas maniobras de las empresas. Y apunta a la Confederación Hidrográfica: «Dado que es un organismo muy implacable con lo que hacemos en los ayuntamientos, con los pequeños regadíos, pedimos que sea igual con las hidroeléctricas. Las normas son iguales para todos, no solo para los pobres», lamenta en una conversación con este diario.

Eso sí, Plácido Álvarez considera que las principales responsables son las empresas concesionarias, pues, al fin y al cabo, son ellas «quienes vacían los embalses».