Coronavirus Galicia
Cuando el negacionista es el médico: una minoría que hace mucho ruido
Los que rechazan vacunarse se pueden contar «con los dedos de una mano». «Cuanta menos cancha se les de», mejor
La profesión reivindica la seguridad de la vacuna contra el Covid y la necesidad de hacer un esfuerzo para cumplir con las medidas
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Iniciar sesiónSon una ruidosa minoría. Y tan ruidosa: esta semana se iniciaba con los comentarios antivacunas y negacionistas del jefe de servicio de Alergología del Complejo Hospitalario de Orense (CHUO), Carlos González, que en un vídeo que corrió rápidamente por redes y se hizo popular ... en toda España, hablaba de alteraciones genéticas por culpa de la vacuna contra el Covid y cuestionaba la efectividad, a pesar de las evidencias, de las medidas de restricción, como las de movimiento. Esto plantea un punto superior: existen mensajes negacionistas dentro del propio sistema público de salud, personas que, previsiblemente, no quieran vacunarse, ahora que arranca la inoculación de las dosis al personal sanitario en segunda fila.
Poco se puede hacer ante la decisión de no ponerse una dosis, al ser la vacunación completamente voluntaria. Uno de los argumentos que esgrimen, de hecho, es la idea de una vacunación obligatoria . Desde el Sergas lo único que hacen es recoger en el sistema que esa persona ha decidido no recibir la vacuna, y esa persona que se niega firma su renuncia a ser pinchado. El proyecto de ley de salud, que trata de buscar tener legislación para tiempos de pandemia, establece mecanismos legales para, llegado el caso en el que se decretase, algo que ha sido descartado desde el Gobierno, poder prever «cómo vacunar», afirmó el portavoz popular en el Parlamento, Pedro Puy.
Mientras tanto, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, señalaba este pasado miércoles que, defendiendo la libertad de expresión de las personas, este tipo de comentarios preocupaban «profundamente». Eso lleva a que, comentaba el conselleiro tras la reunión del comité clínico, « estamos analizando estas declaraciones por si podría ser constitutivo de un expediente informativo ». Recordaba el responsable sanitario que la vacuna ahora mismo es «la esperanza» de la humanidad para poder salir de este atolladero. El jefe de alergología del CHUO invitaba a seguir los mensajes al respecto de la doctora Natalia Prego. El viernes se conoció que el Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra remitía el expediente abierto a esta facultativa «por sus declaraciones presuntamente negacionistas sobre el Covid-19», con el fin de que lo estudie la Comisión Central de Deontología Médica de España.
Por su lado, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, también hizo referencia, durante la rueda de prensa tras el Consello de la Xunta, a este hecho. El máximo responsable autonómico afirmaba que eran unas declaraciones «profundamente desacertadas». Desde el atril añadía que, siendo «anecdóticas», provocan «mucho desasosiego» entre los ciudadanos, y colocaba sobre la mesa la pregunta de «cómo graduados en Medicina, con un título de especialista e incluso jerárquicamente con la mayor responsabilidad en un servicio de un hospital pueden hacer estas declaraciones», reivindicando que la importancia de las vacunas no sale de los «políticos», sino de la propia ciencia.
«Usted va en sentido contrario»
Desde el lado médico, la respuesta es similar. El presidente de la Comisión Permanente del Consello Galego de Colexios Médicos, Isidro Lago, pone un ejemplo muy clarificador: es como «si hemos establecido que por autopista vamos en cierto sentido, y saliese un guardia civil que dice: usted va en sentido contrario ». Y es que «hay que ser muy prudente con las afirmaciones, tener un conocimiento estricto y una base científica para hacer una afirmación de tal calibre».
Los mensajes han llegado también a otros ámbitos, saliendo de lugares donde es habitual leerlos, como las redes sociales, a pesar de las acciones para advertir de los bulos o fake news que se llevan a cabo. Un ejemplo es el colapso de los correos electrónicos de los diputados gallegos, así como de los cientos de mensajes en la página del Parlamento de O Hórreo, donde los ciudadanos pueden hacer aportes a los proyectos de ley, como el de la ley para las pandemias. Incluso desde la Cámara se moderaron y no publicaron comentarios que contenían insultos o, directamente, bulos.
Pero insisten desde la profesión en que esta es una minoría a la que, «cuanto menos cancha se le de», será mejor para todos . Porque, en realidad, y como pasa en una cantidad muy importante de población, los sanitarios lo que quieren es recibir la vacuna cuanto antes. La gente que rechaza vacunarse se cuenta «con los dedos de una mano». Y es que las vacunas son «un avance de la medicina» fundamental, como también lo fue la penicilina, recuerda Isidro Lago, que responde en conversación con ABC a algunas de las dudas que se pueden tener ante este proceso de vacunación, que poco a poco va adquiriendo ritmo con la llegada de más dosis y desde diferentes empresas farmacéuticas.
Por ejemplo, la rapidez con la que se ha conseguido tener una vacuna para el Covid-19. Y es que los coronavirus, en general, se llevan investigando tiempo y ahora la importante inversión económica permiten avanzar de una manera más veloz. Eso no implica que este tipo de productos no continúen su análisis ante cualquier problema que pueda surgir una vez se haya comenzado a suministrar. O los posibles efectos secundarios, que se han demostrado que en la inmensa mayoría son leves y el beneficio supera a la posible aparición de esos efectos: «Algunos medicamentos dan reacción a algunos pacientes: hay individualidades, patologías asociadas...», pero insiste Lago, « las vacunas es lo mejor que ha tenido la medicina ». Además, recuerda, los medicamentos están en continua «vigilancia» y en «constante revisión» ante cualquier posible «alteración o daño en un paciente».
«Límite»
Esa vacuna se ha situado, como se decía antes, como la «esperanza» para salir de esta situación. Si la población en general está cansada, ese sentimiento es mucho más potente entre los sanitarios. Así lo confirma Lago: si bien la situación «no es insostenible» sí es «límite». «A veces la única compensación es el aplauso, entre comillas, cuando no tienes críticas a los propios sanitarios». Recuerda cuando en pleno confinamiento algunas personas pedían a los sanitarios que se fuesen a vivir a otro lugar por su trabajo. «Es importante que la sociedad se mentalice de que esto lo tenemos que lograr entre todos », siguiendo con el cumplimiento de las medidas. Porque sí, las restricciones funcionan, por mucho que se puedan llegar a poner en duda. Son duras, pero la única arma, hasta la inmunidad de rebaño, para que las UCI no terminen de colapsar y el virus no se lleve por delante a aún más personas. Reclama que «cuanto más estrictos seamos nosotros mismos», mejor será para el conjunto.
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