El misterioso dragón azul reaparece en el mar de Alicante tres siglos después
El extraño invertebrado documentado desde 1705 ha sido localizado por primera vez en la costa de la Península Ibérica
Las olas de calor ahora también son marinas y empiezan a blanquear corales y matar a 50 especies mediterráneas

Llevaba tres siglos sin dejarse ver por el Mediterráneo, pero en agosto de 2021 algunos bañistas de las playas del sur de Alicante fueron testigos de su regreso: el dragón azul (Glaucus atlanticus) era avistado por primera vez en el litoral de la Península Ibérica.
La presencia de este misterioso invertebrado marino -de alrededor de tres centímetros de largo- se notificó en la playa de La Mata de Torrevieja, en la de La Roqueta de Guardamar del Segura y en la cala de Las Estacas de Orihuela. Todas las referencias que existían hasta la fecha, desde que se documentó en 1705 por el botánico Johann Philipp Breyne, apuntaban a la isla de Ibiza, pero no aportaban datos sobre nuevas capturas.
Un hallazgo que ha permitido a tres investigadores del Grupo de Transferencia del Conocimiento 'Biodiversidad y zoología aplicada' de la Universidad de Murcia profundizar en el conocimiento de esta especie con una curiosa morfología que llamó la atención de las autoridades. Su singular color y su capacidad para flotar boca abajo sobre la superficie del agua les permite camuflarse en el mar.
Se capturaron seis ejemplares que, aunque fueron hallados vivos, terminaron muriendo pocas horas después. Los resultados de las pesquisas llevadas a cabo por Juan Antonio Pujol, Raquel López y Nicolás Ubero se han publicado ahora en las revistas científicas Quercus y Mediterranean Marine Science y permiten acercarse más a las indagaciones que se vienen realizando desde el siglo XVIII.
Los tres consideran que los datos aportados «constituyen el primer registro de Glaucus atlanticus en la costa de la Península Ibérica, y el primer registro georreferenciado en el mar Mediterráneo en tres siglos». ¿Por qué después de tanto tiempo? Su presencia aquí, más ligada a aguas cálidas, «es incidental, debido a la confluencia de factores meteorológicos y oceánicos», al igual que ha ocurrido con otras especies atlánticas como la carabela portuguesa.
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«Dado el proceso de tropicalización que se está produciendo en el mar Mediterráneo, no sería de extrañar que pronto se avistaran nuevos ejemplares, ya que entre sus presas se encuentran habitantes comunes del Mediterráneo», indican los investigadores. La carabela, precisamente, es uno de ellos.
De hecho, pocos meses después de avistarse en Alicante, la presencia del dragón azul también puso en alerta a las autoridades canarias, pues su picadura urticante puede ser peligrosa, ya que almacenan las sustancias venenosas que ingieren de sus presas. No obstante, si no se les toca ni se les molesta, no suelen atacar.
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