EL ÚLTIMO LIBERAL
No disparen al presidente
«Mazón debe participar en la procesión cívica del Día de la Comunidad Valenciana. Cualquier otra cosa sería arrugarse ante unas provocaciones barriobajeras que solo incitan a la violencia»
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Iniciar sesiónEn 1882, el escritor británico Oscar Wilde inició un ciclo de conferencias en Estados Unidos. Cuando llegó a una ciudad minera del lejano Oeste, fue invitado a cenar en un salón. Le llamó la atención un cartel que decía: «Se ruega al público que ... no dispare al pianista, lo hace lo mejor que puede». Le contaron que la mortalidad de los pianistas en aquellos lugares era muy elevada, ya que la gente solía beber más de la cuenta, tenía gustos musicales que a menudo diferían de lo que tocaba el pianista y, lo que es peor, siempre tenía un revólver muy cerca.
Si los pianistas eran objeto de los disparos en aquella turbulenta época, en nuestros días los dirigentes socialistas de la Comunidad Valenciana han pretendido fijar el objetivo de la turba en el presidente Carlos Mazón durante los actos del 9 de octubre. El secretario de Organización de los socialistas valencianos, Vicente Mascarell, llegó a afirmar que «la presencia del presidente de la Generalitat ensuciaba el acto institucional». Al día siguiente intervino su superiora, la secretaria general del PSPV y ministra de Universidades, Diana Morant, para opinar sobre el tema.
Sinceramente, yo pensaba que iban a jugar al clásico juego del 'poli bueno, poli malo' (o al estilo González-Guerra, que tan bien les funcionó durante años a los socialistas). Pero no: Morant eligió el modelo agresivo del inútil de Largo Caballero y aumentó la presión sobre Mazón. Insinuó que era una provocación que el 'president' asistiera a un acto del que, senyera real aparte, es el máximo representante institucional. No contenta con eso, llegó a decir que Mazón «pervertía lo que era ser valenciano».
A día de hoy, que yo sepa, Carlos Mazón no está ni siquiera investigado en ninguna causa judicial. Sigue siendo, nos guste o no, presidente de la Generalitat, y debe participar en la procesión cívica del Día de la Comunidad Valenciana. Cualquier otra cosa sería arrugarse ante unas provocaciones barriobajeras que solo incitan a la violencia. Pero ya no sorprende este modelo en un gobierno cuyo presidente apoya a quienes trataron de boicotear la última edición de la Vuelta Ciclista a España. También resulta llamativo que Morant (que calla ante las agresiones a la economía y a la lengua valenciana por parte de su gobierno) sea quien reparte carnets de valencianía.
Es posible que nos preguntemos por qué cada vez más gente normal y competente huye de la política. Uno de los motivos es que la han convertido en un vertedero de acusaciones donde cada día es más fácil recibir, si no un disparo como los pianistas del Oeste, sí al menos alguna pedrada.
He participado en varias ediciones de la procesión cívica del 9 de octubre y suele ser habitual, aunque de forma esporádica y localizada, algún que otro abucheo cuando ciertas personas reconocen a miembros de partidos a los que jamás votarían. Quizá algunos piensen que esto es como la entrada de los jugadores a un partido de fútbol. No lo es. Es una procesión cívica donde intervienen miembros de la sociedad civil y política de nuestra comunidad, y donde se deberían dejar a un lado las rencillas partidistas.
Sin embargo, los socialistas han decidido que cualquier lugar y momento sirve para seguir atacando al presidente Mazón. ¿Quién se haría responsable si el president recibiera una agresión durante la procesión? ¿El que lanza la piedra o quien parece animarle a hacerlo?
Por cierto, resulta curioso que se hable tanto del asedio de Gaza y de la hambruna que padece su población civil, y se olvide el origen del 9 de octubre. Ese día, hace ya unos cuantos siglos, el rey Jaime I entró en Valencia tras haberla sometido a un duro asedio en el que los defensores tuvieron que rendirse por el hambre que asoló tanto a soldados como a civiles. Algo me dice que, si la izquierda valenciana supiera leer un poco de historia, estaría organizando manifestaciones por el «genocidio» que supuso la conquista de Valencia por las tropas cristianas, arrebatando a los árabes unas tierras que habían sido suyas durante siglos. No lo descarten: si, ojalá, el proceso de paz en Gaza tuviera éxito, necesitarán buscar algún otro tema para desviar la atención de la gente.
Mientras tanto, solo queda que, en la comitiva oficial, unos metros antes de que llegue Carlos Mazón, vaya alguien con un cartel que diga: «Por favor, no disparen al 'president'».
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