La sentencia, fruto de un acuerdo de conformidad entre las partes, recoge que el acusado, de nacionalidad argelina, salió sobre las 14 horas del pasado 2 de septiembre desde la playa de Tipaza, en la costa argelina, en una embarcación en la que viajaban dos mujeres y 11 varones, uno de ellos menor de edad, con destino a España.
El condenado no disponía de ninguna titulación que acreditara conocimientos para gobernar un barco, lo que hizo ayudado únicamente de una brújula/GPS.
Por su parte, los tripulantes pagaron cantidades que oscilan entre los 1.800 y los 2.500 euros para viajar de manera clandestina en la embarcación, de 6 metros y medio de eslora, que no disponía de equipos de seguridad ni de víveres o agua potable para la travesía, circunstancia que puso en riego sus vidas, tal y como precisa la resolución judicial.
Al embarcar, los migrantes fueron informados de que el trayecto tenía una duración prevista de entre cuatro y ocho horas, pero la patera sufrió una avería en el timón y quedó a la deriva y sin combustible, por lo que el viaje se prolongó cuatro días, hasta la tarde del día 6.
Fue entonces cuando la embarcación fue localizada a la deriva frente a las costas españolas y sus tripulantes fueron rescatados y trasladados en un helicóptero y una nave de Salvamento Marítimo hasta el Centro de Atención Temporal de Extranjeros del Puerto de Alicante. La sentencia es firme y contra ella no se puede presentar recurso.
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