Un médico de Urgencias: «He visto morir a una madre y a su hija de 19 años el mismo día por el coronavirus»

¿Cómo abordar tragedias así? «Viene porque el seguro le pide no sé qué papel y él no entiende. Y nosotros tampoco entendemos cómo consolarle . Se nos ha caído el alma a todos», continúa su relato, en un auténtico diario de «guerra», si se permite la comparación, al menos por el balance de víctimas.

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«Lo excepcionalmente duro de una historia triste en esta epidemia sirve para humanizar los números tan fríos que se dan día a día. Detrás de esos números hay personas, familias y muchísimo dolor. Cuidémonos todos, pero hagámoslo bien, por ellos, por nosotros y por los que vendrán», trata de razonar este médico ilicitano desde el Hospital del Vinalopó donde, por saturación mediática y de la presión asistencial, ha declinado la invitación de ABC para realizar manifestaciones.

Aunque otros internautas han compartido sus mensajes de apoyo mostrando su solidaridad, también han reaccionado algunos negacionistas con una intolerancia inesperada. «Si leyerais las amenazas y los insultos que recibo por intentar mostrar la realidad de nuestro día a día, se os quitaban las ganas de escribir. Hace falta mucho odio para anular a los millones de seres humanos que soñamos y luchamos por un mundo mejor», se ha lamentado Armas este martes.

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Previamente, ya había tirado de ironía con quienes siguen convencidos de que esta pandemia solo es una gran mentira: «A los “negacionistas” que llamáis asesinos a los sanitarios , ¿cuando lleguéis a urgencias con una neumonía bilateral por Covid, qué preferís: un tubo endotraqueal de esos que salvan vidas, un vídeo bulo, un chupito de lejía o que os arreglemos los chakras? Es que no me aclaro».

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Aparte de narrar su cansancio después de las guardias de trabajo en Urgencias, de mencionar a algunos pacientes y familias rotas por este virus, este médico también trata de llamar la atención de las autoridades sanitarias para que adopten medidas restrictivas más contundentes con las que frenar los contagios.

«Vamos cuesta abajo y sin frenos. Aquí también ingresando sin parar, y esta vez gente muy joven y sana con neumonías bilaterales . Un horror . Me temo que sea incluso peor que la primera [ola]. Y seguimos sin tratamientos específicos. La vacuna no cura a los enfermos de hoy, ¡quédense en casa!», es su recomendación.