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Infraestructuras

La rotonda de los 24 millones de euros en Valencia: un mirador inútil que suma once años en el limbo

El conflicto entre Administraciones mantiene cerrada la Torre Miramar, un proyecto del Gobierno de Zapatero que se cerró a los tres meses de inaugurarse

Imagen de la Torre Miramar de Valencia ABC
Toni Jiménez

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Se inauguró en 2009 como un atractivo más de la ciudad de Valencia , pero con el tiempo se ha convertido en un quebradero de cabeza al que todavía nadie ha dado solución. La Torre Miramar -situada sobre el túnel de la avenida Cataluña y el acceso a la ciudad por la V-21- y todo su entorno -un paso inferior de 300 metros y una plataforma con tres fuentes y dos rotondas- soportan el paso del tiempo en un estado de degradación permanente.

La construcción de la entrada a la capital del Turia desde la carretera de Barcelona había sido una reivindicación histórica de los vecinos de Valencia. Un proyecto que finalmente llevó a cabo el Gobierno de Zapatero pero que ya había dado sus primeros coletazos en el anterior ejecutivo de Aznar.

El proyecto de la rotonda que da la bienvenida a quiénes entran a la capital del Turia desde la ciudad condal se tuvo que readaptar, puesto que la construcción de la torre de 45 metros , con un mirador con capacidad para 160 personas, no se había contemplado en un principio.

Esto hizo que el presupuesto se disparará, desde los 15,9 millones de euros previstos hasta los 24 que acabó costando un edificio que, según cuentan los pocos que le dieron uso, no aporta nada a las vistas que se pueden apreciar desde otras fincas de la zona, en las que el mar apenas se aprecia .

Tres meses después de que el entonces ministro de Fomento, José Blanco, descubriera la placa inaugural, el mirador quedó en tierra de nadie y cerró sus puertas . El Gobierno del PP en Valencia, liderado por Rita Barberá, se negó a recepcionar la obra. Primero, porque dudaba de su rentabilidad económica teniendo en cuenta los costes de mantenimiento y la necesidad de contratar personal de seguridad para el recinto.

Imagen del estado del pasillo subterráneo del túnel de la avenida Cataluña de Valencia GOOGLE MAPS

En 2011, el ascensor que permitía subir a lo alto de la torre se estropeó . Desde entonces, el mirador solo ha sido testigo de actos vandálicos, con un entorno formado por pasillos subterráneos grafiteados y piscinas con estructuras de hierro oxidado sin ningún tipo cuidado.

Una situación que, pese a los cambios de color político en los ejecutivos central y local -cuyas diferencias no ayudaron en la resolución temprana del conflicto-, no ha cambiado once años después . El pasado mes de diciembre, el Ayuntamiento de Valencia -gobernado por Compromís y PSPV-PSOE- volvió a exigir al Gobierno de Pedro Sánchez que revise el estado y ejecute las obras necesarias para devolver la Torre Miramar a su estado inicial.

Son las condiciones que el Ayuntamiento de la capital del Turia ofrece a cambio de aceptar la infraestructura. De hecho, los técnicos de las distintas áreas del consistorio valenciano han cifrado en poco más de tres millones de euros el gasto necesario para acondicionar de nuevo este espacio abandonado en la entrada norte de la tercera ciudad de España.

Imagen de la rotonda sobre la que se construyó la torre Miramar en Valencia GOOGLE MAPS

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