Cristina Castaño: «Sabía que el papel de Sally Bowles me cambiaría la vida»

La actriz gallega, reconocida con actriz revelación en los Premios Teatro Musical de 2015 , se pone en la piel de Sally Bowles, la joven cantante de clase alta del Berlín decadente del periodo de entreguerras. Ambientada en 1931, en plena República de Weimar, la historia refleja los contrastes entre el desenfreno de las noches del Kit Kat Club, con su fingida normalidad cotidiana, y el imparable crecimiento del fascismo de la realidad exterior.

Esta nueva producción de “Cabaret” llega tras arrasar en una docena de ciudades españolas , aunque después de Madrid es Valencia la plaza donde aterrizará durante más tiempo (del 3 de marzo al 9 de abril). A diferencia de la puesta en escena anterior, donde el patio de butacas se sustituía por mesas y sillas donde se acomodaba al público, en este caso la acción transcurre enteramente sobre el escenario, con Armando Pita en el papel de maestro de ceremonias . No es la única diferencia : en esta versión, en lugar de mostrar un cabaret decadente con “mujeres de rímel corrido y medias rotas”, se nos presenta un Kit Kat Club luminoso y “lleno de lujo”. “En esta producción –avanza la protagonista- no se ha escatimado en gastos. Contamos con los mejores especialistas del sector en vestuario, iluminación y escenografía”.

Cristina Castaño presentó la obra esta mañana en Valencia acompañada del productor José María Cámara . Es una vieja conocida del teatro Olympia, donde trabajó en su primer papel teatral junto a Concha Velasco (“Las manzanas del viernes”), así como en el musical “Fama”, hace ya una década. La actriz ha explicado que al recibir el papel de Sally Bowles “supe que mi carrera profesional iba a tener un antes y un después”. “Dejé La que se avecina porque después de siete años quería quedarme libre para otros personajes. Pensaba que si no me iba, los papeles nuevos no llegarían. Y no me equivocaba”, afirma.

No es fácil “medirse” con Liza Minelli , la Sally Bowles que a todos se nos viene a la mente cuando pensamos en “Cabaret”, pero Castaño no teme a las comparaciones. “No me gusta imitar a nadie –puntualiza-. Me considero una actriz auténtica, y por tanto yo bailo, canto e interpreto de otra manera”. Su seguridad tiene una buena justificación: 400 funciones de éxito arrollador. “Cuando la gente viene a ver este espectáculo, se olvida de la película”.