El alcalde rectifica y permitirá celebrar en el exterior la misa de los difuntos

Este enclave permitía cada 2 de noviembre que pudieran asistir unas 300 personas a partir de las 16.30 horas. La prohibición del Ayuntamiento suponía que el acto se relegara a la pequeña iglesia del cementerio, con una capacidad para 25 personas .

El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, tenía previsto oficiar la misa pese a las cortapisas del actual equipo de gobierno municipal con el alcalde, Joan Ribó, y la concejal de Cementerios, Pilar Soriano –ambos de Compromís– a la cabeza. Sin embargo, una reunión de última hora con el vicario general de la Diócesis, Vicente Fontestad, logró levantar el veto y la misa se celebrará en su enclave habitual .

Otra de las cuestiones que Ribó ha variado respecto a la tradición de las dos últimas décadas es la ofrenda floral del día 1 de noviembre . Habitualmente las autoridades recorrían los camposantos de la ciudad para depositar delante de las cruces de la entrada (que representan el respeto para todos los allí enterrados) una corona de flores. Además, se visitaba la tumba de una veintena de valencianos ilustres.

Este año no habrá corona frente a las cruces, sino ramos de flores en los jardines y un homenaje a los represaliados en la Guerra Civil .