Laura Borràs dio tres premios literarios iguales a su amigo de los contratos que investiga el Supremo

En 2006 Herrero ganó el premio de narrativa de la segunda edición de este concurso organizado conjuntamente por el Ayuntamiento de Vinaroz (gobernado entonces por una coalición de socialistas y verdes con el apoyo de un grupo político local) y la UOC con una obra titulada «21 días». Herrero, condenado a cinco años de prisión en 2019 por un delito de narcotráfico y falsificación de moneda, recibió 2.500 euros gracias a ese galardón que valoraba el uso de «nuevas tecnologías» en la creación literaria y que contaba con un jurado con presencia del grupo «Hermeneia» que dirigía Borràs desde Barcelona.

El año siguiente, Herrero volvió a presentarse a los premios literarios de Borràs , hoy desaparecidos. En esa ocasión, el jurado -con Borràs al frente- lo premió por partida doble, reconociendo dos obras con galardones distintos. Por un lado, recibió «ex aequo» el premio de la categoría de poesía, dotado con 2.500 euros, por un texto titulado «Universo molécula» que ponía en relación la estructura molecular de la materia con el funcionamiento del lenguaje literario. El autor, y amigo de Borràs, fue premiado con otra distinción más, esta a título individual; el premio «Vicent Ferrer a la mejor obra en lengua catalana». Este premio estaba dotado con 1.000 euros y reconocía un texto, «La casa sota el temps» (La casa bajo el tiempo, en catalán), que exploraba las posibilidades «narrativas» de la informática. Este diario se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Vinaroz -hoy gobernado por una coalición de socialistas y Podemos- para conocer detalles y su visión de los hechos, que no ha sido facilitada. «Es algo de cuatro corporaciones atrás, no tenemos versión», apuntaron a ABC desde el gobierno.

Fuentes de la oposición que han preferido mantenerse anónimas, reconocen que Borràs logró una «buena conexión política» con Vinaroz gracias a los contactos de su colaborador en «Hermeneia» Joan Elies Adell, íntimo en el momento de la creación de los premios de Ramon Adell, entonces concejal verde y ahora cercano a ERC. «Ramon, que no tiene ningún vínculo familiar con Joan a pesar de compartir apellido, era su contacto en el Ayuntamiento y le sirvió para montar este tipo de eventos, que se vendían como la gran cosa, pero que después resultaron ser un pufo», afirman.

La conexión de Borràs con la localidad de Vinaroz no fue solo beneficiosa para el multipremiado autor Isaías Herrero. También Joan Elies Adell logró consolidar su confianza con la exconsejera de Cultura de Torra y ahora cabeza de cartel del partido de Puigdemont en las elecciones del 14-F.

De hecho, Adell ha acumulado varios cargos de confianza en instituciones del gobierno catalán. En junio de 2018 sustituyó a la propia Borràs en la dirección de la Institució de les Lletres Catalanes, cargo que ocupó poco tiempo, hasta marzo de 2019. Antes, entre 2009 y 2017, fue coordinador de la oficina de la Generalitat ubicada en la ciudad italiana del Alguer, protegida por el nacionalismo por conservar una pequeña comunidad de catalanoparlantes.