El Covid deja en el aire el homenaje de este año por los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017

La previsión, según ha conocido ABC, es celebrar un acto sobrio y corto similar al que se realizó hace un año en el memorial por las víctimas del atentado, ubicado cerca del mural de Joan Miró en el que esa fatídica tarde de 2017 acabó parando la furgoneta tras atropellar a una multitud de transeúntes. A la cita, un minuto de silencio y una ofrenda floral con las máximas medidas de prevención y seguridad, acudirán autoridades y algunos de los familiares de las víctimas y otros afectados. De momento, unas 25 personas al que el 17-A les marcó la vida han confirmado su asistencia.

La convocatoria de este año es doblemente especial. Para empezar, por el extraño contexto derivado de la pandemia del coronavirus que afecta a la actividad normal en la vía pública. Si el acto se celebrara hoy mismo, las restricciones del Procicat prohibirían una reunión de más de 10 personas.

Además, la Audiencia Nacional acordó la apertura del juicio oral contra los tres presuntos miembros de la célula islamista que cometió los atentados de Barcelona y Cambrils. Los tres procesados (Mohamed Houli Chemal, Driss Oukabir y Said Ben Iazza) lo están por los delitos de integración en organización terrorista, fabricación, tenencia y depósito de explosivos y el delito de estragos en grado de tentativa, sin perjuicio. Sin embargo, quedó rechazada su imputación por las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils, como exigían las acusaciones particulares y populares.

A la impotencia que les supone que no puedan ser juzgados por las muertes y los heridos directos, a una parte de los afectados por el 17-A les persigue, además, la desesperación por no ser tratados como víctimas de atentados, aunque muchos de ellos vivieron el terror desde primera fila. Según datos facilitados por el Ministerio del Interior a ABC, a fecha de 30 de junio de 2020 se han reconocido 116 personas como víctimas (20 en el último año), de las que hay los 16 difuntos (15 en Barcelona y uno en Cambrils). Además, hay dos personas con incapacidad permanente absoluta declaradas, otras tres con incapacidad permanente total y una con incapacidad temporal. El resto, 94 personas, son distinguidas por lesiones. Otras 29 personas han recibido ayudas como afectados, sobre todo por daños psicológicos.

Desde que fueron perpetrados los atentados, la Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo ha incoado un total de 593 expedientes (15 de ellos presentados durante el primer semestre de 2020), de los cuales solo han estimado 276. Hasta ahora se han rechazado 252 y 65 están todavía en trámites, según resaltan fuentes de Interior, que remarcan que en total se han abonado 6.159.128,74 euros en concepto de indemnizaciones por daños personales y ayudas.

A la espera de que se resuelvan los casos pendientes, la Uavat sigue lamentando las formas por como se ha tratado a las víctimas. Robert Manrique, asesor de la unidad, lleva años denunciando que no se informó correctamente de los derechos que tenían, ni sobre los trámites a realizar ni los plazos para solicitarlo. Tampoco tuvo sentido, a su juicio, la oficina de atención abierta por Interior tras el 17-A. Funcionó durante una semana, «justo cuando los familiares enterraban a sus muertos, los heridos graves trataban de sobrevivir en las UCI… Por no hablar de tantos turistas que ni sabían qué tenían que hacer», incide.

La unidad, que ha intentado localizar a posibles víctimas a partir de una relación que aparece en el auto de procesamiento de los atentados, lleva dos años y medio luchando porque sean reconocidas personas que padecieron serias secuelas psicológicas tras presenciar los atentados in situ, a escasos metros de la furgoneta o incluso teniendo que esquivarla.

Son casos de personas que, narra Manrique, trabajaban en tiendas y comercios o, por ejemplo, turistas que, después del atentado, fueron atendidos médicamente por su cuenta fuera de la zona cero y que con el estrés por los daños, y sin conocer la gravedad de lo que había ocurrido, no mencionaron que estaban en La Rambla.

Además de resolver estos casos, la Uavat está personada en el proceso judicial por los atentados junto la asociación 11-M en representación de más de 70 víctimas. Otras 20 víctimas quedaron inadmitidas. Además, siguen asistiendo a 230 afectados, entre familiares de víctimas mortales, heridos físicos y testigos con afectación psicológica, para intentar que sean reconocidos.