La crisis independentista impidió crear 30.000 puestos de trabajo en Cataluña, según el BBVA

El estudio, que fue presentado por el economista jefe para España del BBVA Research, Miguel Cardoso, concluye que, en condiciones normales y sin las turbulencias que afectaron a la comunidad autónoma, entre agosto de 2017 y septiembre de 2018 se podrían haber formalizado hasta 30.000 puestos de trabajo, lo que equivale al 1% de la afiliación en la Seguridad Social en Cataluña . Sin querer entrar en las causas, Cardoso consideró como «shocks» para la economía catalana las secuelas del «procés», el 17-A o también los cambios de regulación en el sector turístico.

«Hay un comportamiento diferencial de Cataluña respecto al resto de comunidades», comentó Cardoso, que durante su intervención hizo hincapié en que la evolución del empleo cambió a partir del verano y que desde entonces la ocupación fue creciendo a un ritmo inferior a la media española, un hecho no muy habitual, como consecuencia de estos «shocks».

En esta línea, el portavoz del BBVA Research comentó que era «muy difícil» saber cuáles de estos factores pueden haber incidido más en la desaceleración de la creación de empleo. Por el contrario, sí que especificó que el sector más afectado fue el de los servicios y que, por contra, la industria sufrió un comportamiento positivo, porque, a pesar de la complicada situación , las exportaciones de bienes se mantuvieron con buenas cifras.

Pese a las secuelas del «procés», el estudio es relativamente optimista y destaca que la economía mantendrá sus perspectivas de crecimiento. Así, según las previsiones para 2018 y 2019 del BBVA Research, Cataluña crecerá este año un 2,5% y un 2,3% en 2019, menos que en 2017. Son previsiones que están por debajo del conjunto de España (2,6% y 2,4%, respectivamente), pero mejores estimaciones que las que la entidad barajaba en su anterior estudio y que están lejos del «estancamiento» de la economía, aseguran.

Si se confirman estos augurios, la comunidad catalana completaría seis años de crecimiento anual, con un promedio del 2,9% y solo entre 2018 y 2019 unos 130.000 nuevos puestos de trabajo podrían ser realidad . Igualmente, se estima que la tasa de paro a finales de 2019 podría reducirse hasta el 10%. Por sectores, se confía en la remontada de la construcción, y la creación de empleos derivada.

Estas buenas previsiones económicas tienen en su raíz al buen ritmo de las exportaciones de bienes, así como la política fiscal más expansiva, la probable continuidad del tirón actual del negocio inmobiliario y la esperada calma en el clima político catalán, según remarcó Cardoso.

En el polo opuesto, la economía catalana tiene como riesgos el agotamiento de la demanda envasada -aquella que congeló las compras durante la crisis-, la caída de la demanda interna, el repunte del precio del petróleo y la ralentización de un sector tan crucial como es el turismo . «No sabemos hasta dónde llegará su desaceleración», avisó Cardoso, que abogó por encontrar otro sector capaz de coger sus riendas como pilar económico.