De una «paradita» de pulseras a un millón de euros para investigar el cáncer infantil

Todo empezó un fin de semana de ese verano cuando Candela se encontraba en Benicarló descansando unos días con su familia y les habló de la afición que le hacía más llevaderas sus horas en el hospital. «Nos enseñó las pulseras que ella hacía en su habitación para pasar el tiempo y aprendimos a tejerlas», explica Mariona a ABC.

Tenían entonces ocho años. Cuando Candela regresó al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona , donde recibe tratamiento, sus incondicionales amigas decidieron vender los brazaletes de hilo, a las que bautizaron como «candelas», para recaudar dinero para la obra social del hospital. «Pusimos una paradita en la calle y empezamos a venderlas a tres y cinco euros», explica la joven.

Lo hicieron pese a que pocos creían que la iniciativa prosperara. «Nuestras familias se reían un poco de nosotras, pero decidimos tirar adelante», afirma Mariona.

La ilusión por ayudar a su amiga y a otros miles de niños que padecen cáncer les sirvió de motor y supieron contagiar ese entusiasmo a asociaciones, comercios, particulares... Desde la planta ocho de Sant Joan de Déu, dedicada a la oncología, Candela enseñó también a los demás pacientes y a sus familias a hacer las mismas pulseras.

Todos se volcaron con la iniciativa y, a día de hoy, han logrado elaborar más de 274.000 pulseras para las que han necesitado 600 kilómetros de cinta. Eso se traduce, en cerca de un millón de euros desde finales de 2013 -la mitad del presupuesto de I+D que el centro dedica a oncología infantil-, que han servido para ampliar la plantilla de investigadores en el centro barcelonés, el único de España con un laboratorio dedicado únicamente a investigar el cáncer infantil, que actualmente cuenta con seis líneas y 27 investigadores.

«Me siento muy feliz por recaudar tanto dinero que va a ayudar a mucha gente», ha asegurado Candela. «No creo que en mi vida me vaya a sentir nunca tan feliz», ha añadido Daniela en una camparecencia ante los medios. «No vamos a paranos aquí. Vamos a por los dos millones», avanzan las jóvenes a este diario.

De hecho, el 80 por ciento de los recursos de que dispone Sant Joan de Déu para la investigación proceden de donaciones de particulares y de iniciativas como la venta de las «candelas», informa Efe. Por este motivo, tanto los responsables del centro como Mireia, la madre de Candela, han pedido que se trate como excepcional el caso de Nadia, a cuyos padres se investiga por presunto fraude con las donaciones que tenían que servir para financiar la cura de su hija.

En este sentido, la responsable de captación de fondos de Sant Joan de Déu, Gloria García , ha subrayado la «transparencia» que ha habido desde el primer momento en la venta de las pulseras y otras inciativas destinadas a recaudar fondos para investigación.