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La medicina exacta
Montañola sería la solución práctica incluso para Junts si se dieran cuenta del abismo por el que están cayendo
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Iniciar sesiónJunts es la deformación del tobillo roto y Roger Montañola, el candidato al Congreso del PDeCAT, es un pie que funciona como siempre. Junts son los hijos descuidados a los que se les fue las manos con las drogas y Roger Montañola es el ... padre que empatizó demasiado con ellos, que los confundió con sus amigos, y que ahora vuelve a poner orden, aunque probablemente sea demasiado tarde. Roger Montañola es la CiU que tuvo que haber permanecido pero que dejó de ser por un sueño que no solo no se ha cumplido sino que se ha llevado por delante todo lo que teníamos. Roger Montañola es lo que habríamos podido estabilizar si no hubiéramos caído en el pozo sin fondo de los fantasmas de nuestra falsa superioridad.
Montañola es un tipo alegre, un bajito que intenta salirse de su talla y parecer alto, y que por lo bien que cae muchas veces lo consigue. Montañola es un pragmático sin demasiados escrúpulos pero con las ideas claras. Un transaccionista ideal para hacer política flexible en tiempo de fundamentalistas histéricos que todo lo llevan hasta el límite de su incompetencia y de su destrucción. Montañola es mitad virtuoso y mitad cínico, la clase de mezcla que templa los extremos. Si fuera decisivo en Cataluña, los conflictos tenderían a resolverse con las soluciones menos malas. Montañola no encarna el romanticismo de la política, ni la épica de un lado o de otro, ni los grandes motivos por los que es noble el servicio público, pero sabe manejarse en el tumulto, en el ruido mundano. Sabe qué hacer con la carne amontonada y tiene paciencia cuando los que estamos acostumbrados a escribir en ideas ordenadas nos agotamos del terrible espectáculo de fanatismo, taras personales incrustadísimas y sinrazón. Montañola es el tipo de político que evita guerras y otros conflictos innecesarios, que no quiere humillar al rival y le basta con desactivarlo. Tiene una idea de lo que es vivir bien favorable a los intereses de la Civilización y de las personas civilizadas. Que Artur Mas le haya dicho que es mejor que no se presente es signo inequívoco de que debe hacerlo, porque no hay en la política nadie tan gafe,ni que haya cometido tantos errores ni tan graves como este expresidente de la Generalitat.
Un Montañola es imprescindible en cualquier sistema político pero sobre todo en el catalán. Un Montañola tranquilo, fenicio, con la habilidad de que cada uno de sus interlocutores se sienta el mejor atendido y el más escuchado, y así se olvidan un poco de su odio y entran en los círculos de confianza donde todo se puede negociar. Es decir: comprar y vender. No es lo más hermoso, ni lo que esperábamos cuando nos dejábamos llevar por el sueño de cambiar el mundo con discursos inspirados, pero tampoco es la peor idea imaginable porque por lo menos es una idea en una Cataluña en la que no hay ideas y sólo hay delirios. Y además funciona, porque estos independentistas, como Puigdemont ha demostrado no yendo a Estrasburgo por miedo a ser detenido, invariablemente acaban negociando su irredentismo al por menor y siempre te sobran 20 euros para ir al cine y comprar unas palomitas.
Montañola lo sabe porque como yo, hemos crecido entre ellos. Es una lástima que las personas normales tengamos ahora que votar a Feijóo –y a Nacho Martín Blanco– para asegurar el cambio en España, porque Roger merece nuestro sufragio. Es la medicina exacta que Cataluña necesita para recuperar su autoestima y dejar de desangrarse entre psicópatas a los que ya solo les queda odio atroz y espuma en la boca. Por lo tanto, si alguien está harto de Pedro Sánchez y de sus socios, y de esta particular bajeza con que la izquierda administra nuestra intimidad y nuestro dinero, pero a la vez tiene algún tipo de problema mental o coágulo en el cerebro que le impide votar al Partido Popular o a un partido que no sea «de obediencia catalana», tiene está magnífica oportunidad de no tirar su voto a la basura y dándoselo a Roger Montañola. No creo que en estas elecciones obtenga representación, pero estaría bien que intentara presentarse a las próximas autonómicas, o a lo que le parezca oportuno y tenga alguna posibilidad de salir elegido. Un Montañola es necesario nuestra política, porque necesitamos a alguien con ganas de resolver lo que a nosotros nos extenúa. Montañola no sólo sabe cómo hacerlo, sino que además le gusta hacerlo, de modo que de alguna manera tendríamos que ponerlo en el centro de nuestra vida pública, aunque sólo sea para que puedas ahorrarte la terrible pérdida de tiempo y de alegría que es hablar con personas a las que hace mucho que diste por pérdidas.
Montañola sería la solución práctica incluso para Junts si se dieran cuenta del abismo por el que están cayendo. Si se dieron cuenta. Probablemente si pudieran llegar a ser conscientes de su debacle ya no estarían en ella porque la habrían remediado hace años. Jordi Turull, por ejemplo, más allá del martirologio de sus años en prisión, ha demostrado estar absolutamente incapacitado para la política. Sus decisiones han sido todas equivocadas, por supuesto en lo ideológico, pero también en lo técnico, en lo estratégico, y su partido está más arrinconado que nunca, automarginado de las instituciones y por lo tanto del poder, y en la más absoluta irrelevancia para el grueso de la sociedad catalana. Para Junts, fichar a Montañola sería un aseo, aunque viven en un mundo tan demencial y paralelo que no están preparados para entender que necesitan mucha más ayuda de la que pueden ofrecer.
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Cada vez hay menos camareros y menos obreros porque se vive demasiado bien en la España trapichera y subvencionada como para ponerse a trabajar en empleos duros y mal pagados En Cataluña pasa los mismo con Esquerra, que reparte con eficacia la morfina reforzada a los necesitados, y este coma inducido y esta calma hace que podamos vivir bien sin recordar que a los zombis hay que paulatinamente irles despertando para que vuelvan a incorporarse en la vida normal. Pero nadie quiere mancharse: los vendedores de morfina no quieren que se les acabe el negocio y los que tenemos cosas mejores que hacer, nos dedicamos a hacerlas y con gran felicidad. Montañola se ofrece para ocuparse del trabajo sucio. Tendríamos que agradecérselo, y por supuesto permitirle que lo llevara a cabo.
Puede que Montañola tenga un muy mal resultado el próximo día 23 y decida volver a la empresa privada. Sería lo inteligente por su parte, porque la política catalana no está aún preparada para tener debates inteligibles entre personas que tenga algún sentido lo que hablen. Pero si en algún momento sucediera algo inesperado que le diera a Roger un protagonismo determinante yo estaría entre los que pensarían que a la policía catalana le ha pasado lo mejor que podía pasarle.
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