El depredador sexual de Sant Cugat se enfrenta a 37 años de cárcel

Fueron las denuncias de varias mujeres las que llevaron a la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) a sospechar que tras los asaltos podrían encontrarse un único agresor, dado que, según la descripción de las víctimas, se repetía el mismo patrón. El sujeto iba vestido con ropa de trabajo y siempre con el rostro cubierto. A veces con una bufanda, otras con un pasamontañas y, en ocasiones, actuaba con violencia. Una investigación «muy compleja», apuntaron en su momento los Mossos, ya que las denunciantes no pudieron identificar a su agresor y tampoco las grabaciones de la estación captaron al individuo.

El primer ataque del que el Cuerpo catalán tienen constancia data del 23 enero de 2020. Eran la siete de la mañana y la víctima, de 27 años, se dirigía a su puesto de trabajo, cuando el sujeto la siguió y la asaltó junto a una zona arbolada mientras le decía que iba a agredirla. El 9 de octubre de ese miso año, también a primera hora, se abalanzó sobre otra mujer que pretendía acceder a la estación de los ferrocarriles de Sant Cugat. Le realizó tocamientos pero, finalmente, ella consiguió escapar. Un mes más tarde volvió a agredir a otra joven que, igualmente, pudo zafarse del individuo.

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Lo mismo repitió en diciembre, enero ya del año siguiente, febrero y abril, cuando asaltó a dos víctimas más. Fue poco después cuando los investigadores consiguieron detenerlo, al escuchar los gritos de una de las mujeres a las que trataba de agredir. Además de la pena de cárcel, el Ministerio público solicita que no pueda acercarse a menos de 1.000 metros de las víctimas, y que una vez cumpla la eventual condena, permanezca cinco años en libertad vigilada.