La jefatura de los Mossos acusa a cargos de Junts de impedir la detención de Puigdemont
El consejero catalán de Interior lamenta que Puigdemont tuviera un «comportamiento tan impropio» con el objetivo de «dinamitar» el pleno de Illa
El abogado de Puigdemont afirma que el expresidente está ya «fuera del Estado español»
Primera reacción pública del Gobierno sobre la fuga de Puigdemont después de 24 horas: Bolaños descarga en los Mossos
Barcelona
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Iniciar sesiónVeinticuatro horas después del ridículo, intuyéndose ya que Carles Puigdemont estaba a salvo lejos de España, los máximos responsables de seguridad de la Generalitat de Cataluña comparecieron este jueves para dar explicaciones sobre su actuación para detener el líder de Junts, operación fallida. Puigdemont ... volvió a fugarse, después de estar a la hora sabida y en el lugar sabido, ante miles de seguidores y centenares de agentes de los Mossos d'Esquadra. Se barajaba que pudiese haber algún cese (y más teniendo en cuenta que los actuales responsables tienen los días contados con el cambio de gobierno) o que se aferraran a la petición del juez Pablo Llarena para contar los mínimos detalles, pero no era previsible que intentaran pecar de ingenuidad como se vio.
«No se preveía un comportamiento tan impropio por parte de quien ha sido la máxima autoridad de este país. Creo que nadie en este país estaba preparado para esto». Con estas palabras al inicio de su comparecencia, el consejero catalán de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, apuntó hacia Puigdemont, al que acusó de querer «dinamitar y deslegitimar el pleno de investidura» de Salvador Illa, que finalmente se desarrolló con cierta normalidad, y de «jugar con los sentimientos» de sus fieles y aprovecharse de ellos para el «engaño» que protagonizó.
Más allá del ataque a Puigdemont por la burla que hizo a las fuerzas autonómicas, tanto Elena como el resto de mandos que dieron la cara acusaron al entorno de Junts de torpedear el arresto. Así, explicaron que «estaba todo preparado para llevar a cabo la detención», cuyo momento «idóneo», por seguridad, era en los accesos del Parlament. Con todo teóricamente predispuesto, «una masa de personas que configuraron un muro», seguidores y cargos de Junts (que se sabía que estarían allí), protegieron a Puigdemont cuando los Mossos se le iban a acercar hasta que él hizo su magia y se esfumó, con sombreros de paja y la complicidad de sus allegados de por medio. A efectos prácticos se ve difícil que pueda haber responsabilidades sobre los miembros de este «muro», dado que en ese momento no hubo enfrentamientos con la policía ni obstrucción directa.
En coche... para ir al pleno
El comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, dio a entender que no vieron venir la fuga y que creían «en la voluntad» del expresidente de entrar al Parlamento por la investidura. Esta inocencia, que algunos verán como connivencia, salió más veces a la luz durante la rueda de prensa, como cuando comentaron que se pensó que cuando Puigdemont subió al coche era para llegar mejor a la Cámara y cumplir con su «voluntad real» de estar en el pleno.
La ingenuidad ya no estaba tan presente ayer en el cuerpo, que mostró su enfado con los hechos y que dudaron más del entorno de Junts. Así, reconocieron que no confían en las palabras de allegados como Jordi Turull y Gonzalo Boye, que este viernes aseguraron que Puigdemont estaba lejos de España. «Hasta que no tengamos la evidencia de que está fuera de nuestras competencias, lo seguiremos buscando», aseguraron. Sobre el secretario general de Junts también apuntaron a que, tarde o temprano, tendrá que ser citado para que explique su papel en la huida de Puigdemont y que entonces ya se verá si tiene alguna responsabilidad penal.
En las casi tres horas de explicaciones, Sallent desmintió tajantemente un posible pacto entre Puigdemont y su entorno y la policía catalana y también aseguró que «no somos una policía patriótica» y que los agentes, por el momento dos, que lo ayudaron en su fuga «no merecen lucir el informe».
«Como pollo sin cabeza»
Mientras, entre los agentes el malestar sigue siendo total por unos hechos que consideran «esperpénticos, vergonzosos e inmerecidos para el cuerpo». «Estás culpando, en parte, a la persona a la que tienes que detener y que has tenido delante», comenta a ABC Toni Castejón, portavoz de SAP-FEPOL, el sindicato mayoritario de los Mossos. Recuerda que, además, sabes que estás ante una persona que se ha fugado en otras ocasiones.
«Fuimos como pollo sin cabeza. No puede ser que lo dejes llegar, hablar y a la que se escapa actives el dispositivo para atentados», incide el mosso, que recuerda que la operación Jaula no se activaba de tal nivel desde el 17-A. «No puedes ser blando y después tratarlo como a un terrorista», añade Castejón, que lamenta que «esta vez ha hecho mucho daño. Tras los episodios de los últimos años, nos había costado mucho mejorar la imagen del cuerpo».
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