por mi vereda
Un señor de la política
Porque ante la mediocridad de nuestro degradado patio político, perfiles del talento, la capacidad analítica y el temple de Jaime Mayor Oreja se echan mucho de menos
A golpe de impulso
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Iniciar sesiónCuando uno escucha la portentosa voz de Nino Bravo, se pregunta cómo habría sido el panorama musical de las últimas décadas si el cantante valenciano no hubiera fallecido en accidente de tráfico en la entonces N-III, a escasos kilómetros de Tarancón, hace ahora justo ... medio siglo. Lo mismo cabe cuestionarse sobre Cecilia, que nos dejó también demasiado joven, cuando venía de actuar de Vigo y el Seat 124 en el que viajaba con sus músicos colisionó contra un carro tirado por una yunta de vacas que, antes del orto, salía a las faenas del campo en la localidad zamorana de Colinas de Trasmonte. Y ya, salvando los años de distancia y dejando al margen la canción, al leer y oír los contundentes argumentos que utiliza Jaime Mayor Oreja para hablar de la delicadísima situación nacional, tienes la convicción de que seguramente nos habría ido mejor a todos, al centro-derecha y a España si, aquel día de agosto de 2003, el dedazo del índice de Aznar para proclamar sucesor se hubiera fijado en él y no en Rajoy Brey, Mariano.
Cuando al que fue ministro del Interior entre 1996 y 2001 se le plantea por qué no fue presidente del Gobierno, echa mano de su fe para contestar que cree en la Providencia, «y probablemente eso fue una decisión providencial. Yo estoy contento de lo que he sido y de lo que no he sido». Porque ante la mediocridad de nuestro degradado patio político, perfiles del talento, la capacidad analítica y el temple de Jaime Mayor Oreja se echan mucho de menos. Pero claro, los partidos son ante todo máquinas de poder, en la que las personas brillantes, coherentes y con criterio no suelen hacer carrera. De ahí que, a sus 71 años, el admirado político vasco siga defendiendo sus ideas y valores de siempre desde la trinchera de la sociedad civil, articulados en torno a Neos, un movimiento cultural basado en valores cristianos que pretende hacer frente a las ideologías de la izquierda. Este pasado miércoles se presentó en Valladolid, donde Jaime Mayor, con su estilo pausado, directo y cercano, dejó claro que Occidente vive el final de una etapa y que gobernar no es solo gestionar y afrontar la economía. Ante más de cuatrocientas personas, y acompañado de María San Gil, José Antonio Ortega Lara, Miguel Ángel Quintana y Javier León, se mostró muy preocupado por la situación actual del País Vasco, «donde ETA está ganando la batalla política y cultural, que siempre ha sido la ruptura de España y la fractura social», al tener el poder en las instituciones. Es decir, está mutando del blanqueamiento –más bien enjalbegado de cortijo– al mando en plaza, de ahí que al PNV le tiemblen las canillas. También considera fundamental derogar las leyes ideológicas del sanchismo. En definitiva, un señor de la política, un hombre de estado, que suele acertar en sus pronósticos porque piensa, observa y escucha.
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