BUENOS DÍAS, VIETNAM
God save the Queen
La muerte de Isabel II cierra el siglo XX, que no acabó con la caída de las Torres Gemelas
Aquí se acaba el siglo. El XX más que el XXI, porque le quedaban todavía unas cuantas cosas después del año dos mil y una pandemia. El siglo veintiuno mantenía modales heredados del anterior: llevar corbata al Congreso de los Diputados o al Senado, Julio ... Iglesias, el té -que es el café del otro lado del canal de La Mancha- y una reina que reinaba hasta en vacaciones. Y el respeto a los mayores. Eso que en España perdimos en aras de la modernidad, para dejar de ser franquistas cuando Franco llevaba treinta años muerto-. Un respeto debido ya fuese al Rey, al Papa o simplemente al abuelo en la sobremesa de los domingos. Y se sacrificó la autoridad que confiere la edad para que pudieran medrar los tontos a los que no les habían salido canas en sus respectivos partidos. Esto que después llamarían las primarias.
Por eso me fascina la monarquía, última institución donde se guardan las formas -o al menos se intenta- y los reyes se mueren como se tienen que morir: reinando, como un columnista deja escrita su columna del día siguiente… sin pensar en la jubilación. Siempre hubo clases. Porque puede ser que al Papa le dé permiso el Espíritu Santo para retirarse y buscar un sucesor, pero la monarquía no tiene perdón de Dios.
En España, con nuestros altibajos, que al fin y al cabo son de lo que está hecha la historia, somos un país monárquico como pocos otros pueden presumir de ello. Pero si hay otro, ese es Inglaterra, del que todavía nos quedan muchas cosas que aprender: sin ir más lejos aquello del respeto a la corona gobierne quien gobierne. O caiga quien caiga. Y es que lo de Gran Bretaña no era una monarquía, era un matriarcado como sólo se puede entender aquí, aunque no se enteren de nada en el Ministerio de Igualdad.
La muerte de Isabel II cierra el siglo XX, que no acabó con la caída de las Torres Gemelas, ni siquiera con la volea de Zidane en 2002. Nunca había caído torre tan alta. Isabel II apenas medía un metro sesenta, pero su sombra es alargada.
God save the Queen and 20th century manners too!