Un circo

Y por eso es noticia Pablo Fernández, por decirle a Raúl de la Hoz que no «eres nadie»; a un procurador electo de las Cortes de Castilla y León. Y el vicepresidente de la Junta por llamar imbécil a Igea, que ya sólo se representa a sí mismo, pero tanto de la Hoz como Igea serán alguien si todavía están ahí. Tal vez es que yo sea un romántico y los cargos sigan teniendo un prestigio y a los procuradores, igual que a las señoras -a las que se las cede el asiento-, se las trata de usted en el bus.

Lo único que debe hacer el presidente de las Cortes de Castilla y León es hacer oídos sordos a todos aquellos que intentan rellenar la democracia de garrafón, que es en lo que consisten los populismos. Poco me parece para el nivel que hemos alcanzado en las instituciones españolas después de años de degradación e irrelevancia fomentados por aquellos que querían acabar con las instituciones sin tapujos, derribarlas, tomar el cielo -y las instituciones- por asalto. Que un vicepresidente llame imbécil a un procurador es el pan nuestro de cada día desde que se llama limitado al presidente entre otras tantas lindezas. Imbécil se le llama al que inventó las autopistas, al dueño de la empresa, al que cobra los peajes… Si el vicepresidente de la Junta de Castilla y León insulta al exvicepresidente no es noticia -aunque sea intolerable-, porque nos hemos acostumbrado a improperios peores: a que a unos les llamen fascistas, maltratadores y otras tantas lindezas a los otros.

Mientras tanto los ciudadanos seguimos en este valle de lágrimas que es la inflación, lo del gas y aquello de los muertos en Ucrania cuando no se nos mueren los nuestros de soledad.