Fe y tradición para celebrar el Corpus Christi
Lugares como Laguna de Negrillos, Castrillo de Murcia, Valladolid o Cevico de las Torre viven con intensidad las tradiciones en torno a esta fiesta
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C. R.
VALLADOLID
Dice una popular frase que hay tres jueves al año (festivos que han acabado por trasladarse a domingos) que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y la Ascensión. Así, en una jornada acechada por los chubascos en parte de Castilla y León - ... hay aviso amarillo por lluvias y tormentas en las provincias de Burgos, León, Palencia y Soria-, el sol ha cedido de mañana al refranero en muchos puntos de la Comunidad para acompañar a fieles y niños que han hecho este año la Primera Comunión en procesiones, misas, otras tradiciones fiestas.
Es el caso de Laguna de Negrillos (León), en el que el Corpus Christi se presenta cada año como una vistosa y original celebración de una de las fiestas relevantes del calendario de la Iglesia. La cofradía del Señor Sacramentado de la localidad organiza la representación del auto sacramental que gira en torno a la figura de san Sebastián, este año encarnada por Álvaro Martínez, de 26 años, recoge Ical.
El joven cumplió con la tradición de una fiesta declarada de Interés Turístico Provincial y Regional y cuyo origen se sitúa en el siglo XVII, y dio vida al capitán de la Primera Corte de la Guardia Pretoriana, desfilando con paso lento por las calles del pueblo en una actitud retadora que acaba convirtiéndose en arrepentimiento y redención al ritmo de un esforzado taconeo, que requiere una preparación física para afrontar el largo recorrido desde la Iglesia de san Juan Bautista hasta la ermita de Nuestra Señora del Arrabal.
San Sebastián encabeza la procesión iniciada tras la misa -presidida este año por el obispo de León, Luis Ángel de las Heras-, en la que le siguen todos los apóstoles, excepto Judas Iscariote. Imágenes y danzantes que, emulando a los ángeles, se mueven al son de la dulzaina y el tamborín. La marcha se completa con la presencia de los birrias que, a modo de diablos o guirrios, abren paso durante el desfile.
Valladolid concentró su fiesta en la catedral, a la que acudieron los niños vestidos con los trajes de sus recientes comuniones, para salir en procesión por el centro de la ciudad en compañía del cuerpo de Jesucristo sacramentado, también escoltado por el obispo, Luis Argüello.
En Castrillo de Murcia (Burgos) ha sido además la Fiesta del Colacho, donde un diablo vestido de amarillo y rojo ha saltado sobre los bebés nacidos este 2023 para purificarlos y alejar el mal de ellos. El vecino de Castrillo de Murcia, Mario González, hizo el papel de Colacho, y su hermano Jorge González, de Atabalero. Esta festividad, de Interés Turístico Regional reúne cada año a centenares de visitantes, deseosos de ver cómo el conocido como 'salto de bebés'.
González ha afirmado que para él ha sido un «orgullo» poder representar este año al Colacho, ya que es una tradición que ha visto desde muy pequeño. Asimismo, se ha mostrado muy ilusionado de poder hacerlo junto a su hermano. «Es algo muy especial», ha señalado, a la vez que ha indicado que no tiene miedo al salto, pero sí «respeto», por lo que supone esta tradición.
Sin embargo, los verdaderos protagonistas de esta fiesta son los más pequeños, aquellos bebés que, tumbados en colchones en la plaza del pueblo, esperan que el 'Colacho' por encima de ellos. La Cofradía del Santísimo Sacramento, fundada en 1621, es la encargada de celebrar cada domingo del Corpus una serie de actos que comienzan los días previos. Es el momento en el que 'El Atabalero' y 'El Colacho' se echan a las calles de Castrillo en una lucha entre el diablo y Cristo. Los niños del pueblo y muchos vecinos intentan escapar del Colacho, que intenta interrumpir todos los actos que el pueblo organiza esos días para expresar su devoción eucarística.
Mientras, en Cevico de la Torre (Palencia), música, tradición y sentimiento se remonta al mismo siglo en una fecha irrenunciable, donde los danzantes comparten protagonismos con el Santísimo, así como con los niños que han realizado la Primera Comunión.
En primer lugar, los danzantes hicieron una parada en la residencia de la tercera edad para, posteriormente, dirigirse a las puertas del Ayuntamiento para recoger a las autoridades y dirigirse a la iglesia de San Martín de Tours. Cerca de una treintena de integrantes, con dos birrias y cuatro mozos de banda, centran la atención, cuyo momento álgido se concentra en la subida y bajada de las 96 escaleras de acceso al templo, que realizan con sus bailes tradicionales.
Una vez finalizada la Eucaristía, dio lugar a la procesión del Santísimo junto a los niños de Primera Comunión, que realizan paradas por los numerosos altares montados por el pueblo, todo ello con el acompañamiento de los pasacalles. La vestimenta es realizada por los propios integrantes o familiares, de ahí que la elaboración de la vestimenta siga siendo artesanal y no salga del propio municipio, afirma a Ical una de las danzantes, Sonia Ferreras.
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Emma Díez es una de las integrantes del grupo de Danzantes, quien detalla que baila junto a su hija Zaida, que tiene 19 años, y con su hijo Rubén, de 13 años. «Es algo muy satisfactorio poder compartir con tus hijos una tradición con tanto pasado. Gusta que ellos quieran estar contigo y busquen mantener esta fiesta». La ilusión representa un elemento esencial a la hora de llevar a cabo, de manera satisfactoria, esta tradición, porque se trata de una fiesta que sirve para hacer comunión y crear sentimiento de pueblo, recalca.
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