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VÍA PULCHRITUDINIS

Cuentas vivienda

El Gobierno liquidó las ventajas fiscales de aquella forma de ahorro pero en su desaparición ha jugado un papel aún más importante el convencimiento de que lo de ahorrar es cosa de abuelos

Anuncio de Renault de 1995 ABC
David Frontela

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Hace treinta años, cuando terminabas de estudiar y tenías la suerte de encontrar trabajo, parecía una obligación abrir una cuenta vivienda. No era que fueras a comprar una casa porque estabas a punto de casarte, era la antesala a la madurez, a la independencia que ... con suerte te sobrevendría poco antes de llegar a la treintena. La tasa de paro juvenil no era muy distinta a la actual y se situaba por encima del veinte por ciento. En aquella época los mileuristas tomaban el relevo a los JASP que protagonizaban un anuncio de coches y afirmaban ser Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados mientras traqueteaban entre contratos de prácticas y el paro. Había gente que tenía suerte y entraba en un banco antes de que la debacle de las cajas de ahorro convirtiera aquel sueño en una pesadilla. Otro pequeño grupo de afortunados encontraba un trabajo de verdad en la industria del automóvil esquivando las subcontratas y empresas de trabajo temporal (ETTs) que empezaban a florecer.

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