Del siglo XVIII al 11-M, los contenidos crecen en las aulas

Por eso, aunque los años pasan, con ellos los temarios en las aulas deben ir actualizándose. El problema es que, a menudo, la tramitación es larga y los currículos establecidos para cada etapa pueden tardar un tiempo en modificarse. Así que desde Castilla y León se ha decidido impulsar determinados contenidos que son de trascendencia para los estudiantes y que no están del todo desarrollados en los libros de texto, sobre todo en la materia de Historia. Así, ya se ha establecido que pasen a formar parte de una forma más amplia y obligatoria asuntos como el terrorismo, la memoria histórica, la cultura gitana o el Diálogo Social como seña de identidad de la Comunidad.

Sin embargo, mientras los cambios oficiales se producen -si todo sigue igual, la idea es poder hacerlo al final de esta legislatura-, se han elaborado por parte de la Consejería una serie de u nidades didácticas que el profesorado puede ir utilizando como apoyo, aunque no es obligatorio, con sus alumnos para avanzar en esos nuevos temas, que pasarán a estar incluidos en los libros de texto una vez que se modifique el currículo. Así, por ejemplo, en 4º de la ESO , cuyo temario en Historia arranca en el siglo XVIII, a partir de este tercer trimestre, algunos alumnos profundizarán más en el terrorismo, incluido el yihadismo.

Se trata de ir aportando nuevos contenidos y dotar de la máxima flexibilidad a unos currículos que, tradicionalmente, han tardado años en variar. Y es que «los conocimientos avanzan mucho y son muy dinámicos tal y como está la sociedad» , asegura la directora general de Innovación Educativa, Pilar González, una de las responsables de llevar a cabo las nuevas unidades didácticas, junto a Ángel Miguel Vega, el director general de Política Educativa. Así que, aunque los contenidos oficiales los marca el Ministerio, Castilla y León aprovecha el margen que se da a las autonomías para poder incluir determinadas materias consideradas importantes para la región.

Al entrar el equipo de la nueva Consejería se marcó como hoja de ruta de vanguardia «dar un impulso a la inclusión educativa» y «profundizar en la singularidad de Castilla y León, España y Europa».

«Que los alumnos sepan más sobre sus raíces», explica González. Pero, además, otro de los objetivos, según el responsable de Política Educativa, Ángel Miguel Vega, es «reforzar la orientación social de la educación» e implantar desde las aulas la «competencia global del ciudadano».

De ahí que se hayan impulsado contenidos como la historia del pueblo gitano, que apenas aparece en los libros, el Diálogo Social, como elemento «fundamental» en la región, el impacto del terrorismo y la memoria histórica. El proceso para la elaboración de las unidades que facilitan a los profesores es primero revisar cómo se incluye ese tema en el currículo actual y analizar en qué etapas educativas y asignaturas se puede impartir.

A partir de ahí es un grupo de trabajo el que determina la estructura de las unidades que servirán, de momento, únicamente de apoyo al profesorado. Por ahora, no es obligatorio que sea materia de examen ni usar las unidades, sino que los docentes decidirán. Será cuando pasen a formar parte del temario cuando se tendrán que tratar estos aspectos y deberían ser una cuestión evaluable en las clases.