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MEDIO AMBIENTE

Más de 3.300 toneladas de animales muertos para alimentar aves carroñeras

Es la cantidad depositada en cinco años

Muladar en la provincia de Salamanca ICAL

M. GAJATE

Un total de 3.336 toneladas de animales muertos han sido depositados en el campo en los últimos cinco años para las aves carroñeras. Unos «menús» que se sirven en muladares y en zonas bajo autorización con el fin de garantizarles alimento y evitar que ante la falta de comida estas especies ataquen al ganado o se aproximen a espacios urbanos.

Hace unos días en Palazuelo de Sayago (Zamora) unos buitres mataron a una oveja en pleno parto. Un tipo de episodio contra el que aún se combate y que era más que común años atrás, cuando una crisis sanitaria y alimentaria en Europa por las vacas locas llevó a que la Unión Europea prohibiera en 2002 tirar al campo los cadáveres de los animales de abasto. «La falta de disponibilidad de alimento provocó un cambio en la percepción del comportamiento de las rapaces necrófagas », que empezaron a buscar comida viva (ganado) o de desechos urbanos (basureros) fuera de sus áreas de campeo, con la consiguiente «alarma social». Hasta que con la nueva década, la UE vio el impacto y rectificó . Con el cambio normativo, en Castilla y León se comenzó a regular a partir de 2013 el uso de determinados subproductos no destinados al consumo humano -fundamentalmente cadáveres de animales de granja- para satisfacer el hambre de estas especies y, pasados cuatro años, la Junta valora como «extremadamente positiva» la experiencia, en la que aseguran que hay que seguir «trabajando».

En concreto, el modelo implica dos formas de alimentar a estas especies. En primer lugar, están los muladares . En Castilla y León hay un total de 66, en los que en estos cuatro últimos años 504 explotaciones ganaderas han vertido 1.375 toneladas de restos. Sin embargo, hay motivos -como que la coexistencia obligada de distintas aves carroñeras desemboca en el monopolio de los buitres o la variación de los patrones migratorios- que señalan que no son la mejor solución al problema .

La Junta considera como fórmula más decuada que bajo autorización las explotaciones ganaderas no intensivas de ovino, caprino, equino, porcino y bovino dejen su ganado muerto en el campo. Es la otra alternativa que se plantea y se circunscribe a términos municipales señalados, que abarcan el 88,4% del territorio , con Ávila, Salamanca, Segovia y Soria al completo.

6.000 parejas de buitres

Desde que el cambio normativo permitiera actuar en este sentido en 2013, en la Comunidad se han depositado por esta vía 1.616 toneladas de cadáveres por parte de 1.991 explotaciones . Una cantidad que ha podido alimentar a una de las poblaciones más importantes de especies necrófagas de España -6.000 parejas de buitre leonado, 380 de alimoche, el 15 % de la población de buitre negro y de águila real y la mitad de la población invernante y reproductora de milano real-.

Los datos, facilitados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, reflejan que Castilla y León es la Comunidad con más muladares y la segunda con más ganaderos autorizados para depositar cadáveres en las zonas declaradas para ello.

La Junta considera que este sistema funciona de forma «positiva» en cuanto al número de ganaderos autorizados, los beneficios y el ahorro económico y de gestión de los cadáveres y la mejora en el estado de conservación de las poblaciones de especies necrófagas de interés comunitario, al disponer éstas de una mayor oferta de alimento. No obstante, «debemos seguir trabajando» para un mayor alcance y distribución de este sistema en la Comunidad y «seguir mejorando», reconocen desde Fomento y Medio Ambiente.

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