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Marta Obregón, la joven burgalesa asesinada por el «violador del ascensor», pone rumbo a los altares

Hoy llega al Vaticano la causa para la beatificación de una joven cuya vida ejemplar y su defensa de la virtud avalan un proceso canónico que arrancó en la Diócesis en 2011

MONTSE SERRADOR

«Si yo pudiera dar ejemplo con mi vida...» Son palabras que dejó escritas la joven Marta Obregón sin ni siguiera imaginar que sus deseos se iban a cumplir y, más aún, que años después de su trágica muerte comenzaría un proceso de beatificación ... para llevarla a los altares. Marta fue asesinada el 21 de enero de 1992 por Pedro Luis Gallego, conocido como el «violador del ascensor» , quien también acabo con la vida meses después de la vallisoletana Leticia Lebrato . La joven burgalesa había pasado la tarde de aquel fatídico día estudiando en un centro juvenil de la capital y, después de dedicar un tiempo a la oración en la capilla, partió hacia su casa. En el portal fue abordada por su asesino. Apareció seis días más tarde cubierta de nieve, a las afueras de la ciudad, con el cuerpo lacerado por 14 puñaladas y con muestras evidentes de haberse resistido a lo que acabó por ser inevitable.

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