El hermano de Raquel Gago inicia una campaña de firmas para pedir su indulto

No es la primera vez que la lucha de la familia de la joven llega a esta plataforma, ya que su hermano ya había abierto otra petición de firmas tras el juicio para que ésta pudiera continuar en libertad hasta la resolución de los recursos. En ese momento reunieron unos 3.000 apoyos y consiguieron su objetivo, que Gago mantuviera su situación de libertad provisional. Sin embargo, ahora que los recursos han sido resueltos y después de que ella haya sido condenada tanto por la Audiencia Provincial, como por el TSJ de Castilla y León, como por el Supremo -imponiéndole cada uno de ellos una pena mayor que el anterior- ni ella ni su familia aceptan el resultado. Contra todo, insisten en su inocencia.

Raquel Gago ingresó ayer en prisión después de que la Audiencia Provincial de León rechazara los diez días de margen que reclamaba su defensa para su encarcelamiento «voluntario». Las puertas del centro penitenciario de Mansilla de las Mulas -donde pasó ocho meses y medio de forma previa y del que salió en libertad provisional bajo fianza el 29 de enero de 2015- se abrieron de nuevo para ella a última hora de la tarde de este martes. Esta vez, a diferencia de la primera, Gago ha entrado con el juicio ya finiquitado y con una condena firme a sus espaldas, la del Tribunal Supremo, quien el pasado jueves adelantó el sentido de su fallo, en el que la considera cómplice del asesinato en mayo de 2014 de la expresidenta de la Diputación y del PP de León, Isabel Carrasco, y culpable de un delito de tenencia ilícita de armas. En total, son 14 años los que estima que deberá permanecer entre rejas.

«Esto es injusto. La gente de la calle debería saber la verdad y la verdad no ha salido en este juicio». Fueron las palabras que pronunció Gago a las puertas de la cárcel. La expolicía local de León insistió en su inocencia, «como dije desde el primer día y desde el primer momento que entregé el arma y fui a declarar», subrayó visiblemente nerviosa y acompañada de su letrado, su hermana y su padre.

«Las cosas se tienen que comprobar y no hacer caso de las opiniones, ni vuestras, perdonadme -dijo a los periodistas-, ni de nadie. Las cosas se tienen que comprobar», reiteró después de lamentar que no le hayan concedido ni un plazo de 72 horas para poder «arreglar algunas» cosas de su «casa».

Pocos cartuchos quedan ya por quemar a Gago, que vio cómo se esfumaban sus posibilidades de continuar en libertad al menos hasta haber agotado todas las vías posibles, como era su deseo. En los diez días que reclamaba de margen su letrado , aseguraba tener la intención de presentar una solicitud de indulto al Gobierno, así como también un recurso de amparo al Constitucional. Ni estos trámites justificaban demorar su encarcelamiento ni el escrito enviado a la Audiencia Provincial a última hora del lunes por su defensa logró evitarlo.

El auto que recogió la última orden - firmado por dos magistrados y Carlos Javier Álvarez en calidad de presidente- lo dejaba claro: «No ha lugar a lo interesado por la representación de la condenada». La Audiencia -que el viernes se declaró «incompetente» para decidir sobre el ingreso inmediato en prisión de Gago que reclamaban el Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares- no se atrevió ayer a contradecir a este órgano, que no sólo aceptó ser quien se pronunciara al respecto, sino que fue contundente. El Tribunal de Burgos apenas precisó un párrafo para comunicar y explicar su decisión el lunes: Gago debía ingresar en prisión y, además, debía hacerlo cuanto antes.

El Supremo había avanzado su fallo y había pedido que se tomaran las medidas oportunas. Por ello, el TSJCyL comunicó este lunes la orden de encarcelamiento inmediato tanto a la Policía como al centro penitenciario de Mansilla de las Mulas , donde tanto ese día como ayer se citaron diversos medios de comunicación para ser testigos del momento en el que la condenada volviera a estar entre rejas.