Artes&Letras / Portada
Filmoteca de Castilla y León: cobijo para el patrimonio audiovisual
Custodia más de 37.000 registros de cine y vídeo y en torno a cinco millones de imágenes fotográficas cuando alcanza su treinta aniversario
C. Monje
Apenas llevaba un año abierta la Filmoteca de Castilla y León en la Casa de las Viejas de Salamanca cuando un vecino de la ciudad, Antonio Alberto Martín Alonso, acudió a la sede de la flamante institución con un hallazgo sorprendente. Había encontrado ... en la basura unos rollos de película. La moviola confirmó que contenían dos cortometrajes de uno de los pioneros de la animación, el director ruso Ladislav Starevich: ‘El león envejecido’ (1932), que recrea la fábula de Lafontaine con muñecos de fieltro, y ‘Fetiche’ (1934), una historia contada con personajes reales y títeres. De la primera no se conocía la existencia de otra copia, con lo que el depósito supuso evitar la pérdida definitiva de una joya histórica.
Por entonces había llegado también al histórico edificio del siglo XVII de la plaza de San Julián, a través de la donación de Manuel Notario, la película ‘Asociación Unión Mutua de Vilvestre’, de 1941, con imágenes de la sede de la agrupación a la que alude el título, formada por inmigrantes salmantinos en Buenos Aires.
Esos dos ejemplos de los fondos iniciales encajaban a la perfección en la línea de trabajo y el objetivo con el que había nacido de la Filmoteca: la «recuperación, conservación, archivo, restauración, investigación y difusión de documentos cinematográficos audiovisuales», fundamentalmente de Castilla y León, pero sin poner límites geográficos. Creada a finales de 1990 por una orden de la Consejería de Cultura (entonces de Cultura y Bienestar Social y presidida por Javier León de la Riva), abrió sus puertas en marzo de 1991. Al frente, el crítico y profesor de cine Juan Antonio Pérez Millán, como director, y su sucesora a partir de 2013, Maite Conesa, en la subdirección.
En los treinta años transcurridos desde entonces ha recibido más de 37.000 audiovisuales; entre ellos, 1.780 películas en 35 milímetros, 1.704 en 16 mm y una videoteca con 30.408 registros, trabajos profesionales o de aficionados que constituyen valiosos documentos para conocer la historia y el modo de vida de pueblos y ciudades de Castilla y León (y de otros lugares) y la del propio cine de la Comunidad.
Entre los fondos recibidos en la primera década figura la primera película reconocida como Bien de Interés Cultural en toda España: ‘El Canal de Castilla’ (1931), del cineasta salmantino Leopoldo Alonso Hernández, cedida por la Confederación Hidrográfica del Duero en 1997. O ‘Ávila y América’ (1928), una singular aportación a la memoria visual de la provincia castellana depositada por la familia del director, José María Sánchez Bermejo, en 1998. Ya en la siguiente década, a través del Consorcio Salamanca 2002, llegaría ‘La bejarana’ (1926), de Eusebio Fernández Ardavín, versión cinematográfica de la zarzuela homónima del hermano del director restaurada en la institución salmantina. La obra completa de Luis Cortés Vázquez, ‘Ayer y hoy en Castilla’ (1942), de Fernando López Heptener, ‘El filandón’ (1984), de José María Martín Sarmiento o ‘Flores del valle’ (1941), de Máximo Calvo, uno de los primeros largos sonoros producidos en Colombia, son otros títulos restaurados por la institución, en ocasiones con la colaboración de la Filmoteca Española.
Varios títulos de Basilio Martín Patino y material adicional de las películas del director salmantino (además de su mítica colección de ‘Artilugios para fascinar’) forman parte también de los fondos conservados en la Filmoteca de Castilla y León, según figura en el resumen de los tesoros fílmicos más destacados publicado en la revista digital de la institución del segundo semestre de 2016.
Donaciones y depósitos, tanto de instituciones como de particulares o de los propios autores, nutren el extenso archivo de películas que se conserva desde hace diez años en las dependencias del museo DA2, por falta de espacio en la Casa de las Viejas.
Fototeca y biblioteca
Pero no todo en la Filmoteca es imagen en movimiento, la fototeca se ha convertido en un lugar indispensable para conocer la historia de la fotografía en la Comunidad y sobre Castilla y León. Desde el principio atendió esta disciplina, gracias al depósito del legado de dos referentes de la fotografía en Salamanca: el Premio Castilla y León de las Artes José Núñez Larraz, y el histórico Venancio Gombau. A ellos se sumarían después muchos más de otras provincias, hasta rondar en la actualidad los cinco millones de imágenes. Algunos de los archivos pueden acercarse los 500.000 negativos, como son los casos de la saga de los Carvajal y el de Otilio Vega. El trabajo de González de la Huebra, Unturbe, Testera, Mayoral, la Gafa de Oro y Salvador Polo jalonan el recorrido en imágenes por la Comunidad.
Las copias positivadas de esos fondos pueden consultarse en la biblioteca de la Filmoteca, junto a los 8.479 libros, 2.529 obras colectivas, 48.856 revistas, 2.696 press-book, y unos 2.000 carteles de la colección de los cines Alphaville.
Y treinta años después sigue creciendo el contenido documental. Hace solo dos meses llegó la noticia que un laboratorio de Universidad de Salamanca guardaba placas fotográficas del fondo Mimosa, otro fotógrafo salmantino que tuvo también estudio en otros lugares. Adquiridas en su momento para obtener la plata de los negativos, se hubiesen destruido. Ahora han llegado a la Filmoteca once cajas con el material, pendiente de estudio y catalogación.
No solo las instituciones se han volcado en el propósito de poner a salvo la memoria audiovisual y fotográfica de la Comunidad. «Al éxito de la Filmoteca lo que más ha contribuido es la generosidad de los ciudadanos de Castilla y León», subraya su directora, Maite Conesa, aún sorprendida de cómo desde los primeros pasos en los noventa se generó enseguida «una confianza» en la institución que ha permitido crear un fondo de esa envergadura.
De la consulta presencial al 'streaming'
Ahora, el trigésimo aniversario de la Filmoteca de Castilla y León coincide con un momento crucial para la institución, en proceso de adaptación a un contexto de cambio radical en el funcionamiento de los archivos. «El usuario presencial es una especie en extinción», reconoce su directora, Maite Conesa. Es hora de trasladar el servicio presencial ofrecido hasta ahora a los nuevos formatos y contenedores.
El portal en internet creado en 2014 se ha transformado precisamente al cumplirse los treinta años de vida para avanzar hacia «un soporte web competitivo, moderno, que cumpla las expectativas y necesidades de un usuario actual». Los tradicionales ciclos de proyecciones dan paso ahora en al Canal FilmotecaCyL habilitado en la página de la Filmoteca, donde desde hace dos meses se sucede el primero de los programas de exhibición en ‘streaming’. En este caso ha estado dedicado a ‘Diez años de cine en Castilla y León’, con producciones recientes y dentro de las iniciativas de apoyo a los realizadores de la Comunidad de la Consejería de Cultura y Turismo tras la crisis provocada por la pandemia del coronavirus.
El canal ofrece la posibilidad de ver las películas desde casa y por internet durante tres días, con programación que se irá renovando cada mes. Pero esta posibilidad no se limitará únicamente a la selección de títulos de los ciclos. Las idea, avanza Maite Conesa, es que los fondos cinematográficos históricos de la Filmoteca puedan ser accesibles en la red de forma permanente, siempre que los derechos de exhibición lo permitan.
Dentro del programa de digitalización de archivos de la Junta de Castilla y León, los fondos de la fototeca también se irán incorporando a la web, desde donde podrán consultarse y verse, al menos en parte, el extensísimo archivo de imágenes. La idea es que estén disponibles en su versión digital, probablemente una selección, ya que el número de registros de este bloque ronda los cinco millones.
El objetivo es ofrecer los contenidos en la web a partir del próximo año cuando los derechos lo permitan
Será ya el próximo año, si no hay contratiempos, cuando investigadores y público general en general puedan empezar a consultar audiovisuales y fotografías sin tener que acudir a las instalaciones de la Filmoteca de Castilla y León en Salamanca.
En la actualidad, señala Conesa, hay «tres caminos abiertos» en la relación de la institución con los usuarios y ciudadanos: «el presencial para las consultas, en claro retroceso; las consultas y uso de contenidos de la web, que crece exponencialmente, y la experiencia que aporta un contenedor cultural para el espectador, visitas a las exposiciones y proyecciones y participación en los talleres».
La nueva web ha servido también para incorporar otro servicio relacionado con el cine en el Comunidad, la Film Commission de Castilla y León. Un apartado que ofrece localizaciones a los profesionales del cine, además de dar la oportunidad a los particulares de ofrecer espacios para rodajes. También incluye un catálogo de rodajes históricos en las nueve provincias y un cuaderno de lugares cinematográficos que enlaza con la revista de la propia Filmoteca.
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