Las escuelas de español, en ‘coma inducido’ por el Covid, aún no ven la luz
Sin alumnos para sus paquetes de inmersión lingüística, temen que la crisis aboque a su cierre definitivo
Una estudiante asiática en un curso de español prepandemia
Durante los meses de noviembre y diciembre acostumbraban a cerrar el 90 por ciento de los contratos del próximo año, sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro de las escuelas de español de Castilla y León a día de hoy sigue siento total. Sin ... clientes aún para sus paquetes de inmersión lingüística, la próxima primavera tampoco pinta bien para estos negocios, la mayoría pequeñas y medianas empresas, que llevan prácticamente dos años «sin facturar o facturando lo mínimo» y cuya capacidad de aguante «está llegando a límites insostenibles». «Estamos en una situación de coma inducido», resume de forma franca Miguel Ángel Sánchez Benito, presidente de la Asociación de Escuelas de Español de Castilla y León, que aglutina a más de una decena de centros, la mayoría en Salamanca.
La declaración del estado de alarma, en marzo de 2020, interrumpió su temporada ‘punta’ de llegada de estudiantes. Hasta entonces habían entrado ese año en Castilla y León «unos 8.000 alumnos», aproximadamente un 20 por ciento de su facturación normal, pero en lo que llevamos de 2021, las escuelas no alcanzan los 3.000 alumnos, volumen que a duras penas llega al 10 por ciento de lo que sería un año prepandemia.
Su cliente actual es, sobre todo, un estudiante de entre 18 y 25 años que viene «por su cuenta y riesgo», que contrata –a través de un agente especializado en origen o de las propias webs de las escuelas– una media de cuatro semanas por curso. Sin embargo, por el momento, nada de los numerosos grupos que era frecuente encontrar por las calles de las capitales castellano y leonesas participando de algunas de las actividades de estos programas de inmersión lingüística: «Las autoridades académicas no firman ni un solo viaje porque la incertidumbre en Europa es total y no se pueden garantizar».
Así las cosas, alguna escuela no ha visto otra salida que ‘bajar la persiana’. Es el caso de Isla, en la capital salmantina, que entró en concurso de acreedores por inviabilidad económica. Sánchez Benito cree que, desgraciadamente, no será la única porque «hay otras tres o cuatro de la asociación que están tambaleándose, ya que los tiempos se están alargando mucho y las ayudas directas no acaban de llegar por parte de las administraciones».
Para reflejar por lo que está pasando el sector, pone como ejemplo su centro, el Colegio Delibes, con sede en Salamanca: « Ahora mismo tengo 30 alumnos y 9 personas dadas de alta; es decir, toca a un trabajador por cada tres estudiantes. Si a eso le sumamos los costes de mantenimiento, infraestructuras, créditos, gastos corrientes, etc., nos resultaría más rentable tener cerrado, aunque creo que la única solución para levantar al sector es generar confianza de que estamos trabajando para ir consiguiendo a medio plazo, quizá tres, seis u ocho meses, nuevas matrículas, porque si no, nunca arrancaremos».
Clientes a la espera no les faltan, «el problema no es ese, sino que no se tienen las garantías» de que el programa pueda llevarse a cabo: «Ahora mismo todas las confirmaciones son con el condicionante de cómo esté la situación cuando se tenga que viajar tanto en el país de origen como en destino». Una incertidumbre que se tiene que reflejar en los contratos.
Actualmente, el 70% de las empresas del sector mantiene a la plantilla completa en ERTE. En las más pequeñas sólo están dando clase los propietarios, filólogos por lo general, con el fin de «optimizar recursos». Recuerda el presidente de esta asociación que estos centros no sólo venden la enseñanza del idioma, sino «experiencias, gastronomía, cultura...», así que por mucho que hayan diversificado su negocio por la vía ‘on line’, no ven resueltos sus problemas de liquidez. Por eso ve acuciante un apoyo inmediato. En el caso de Salamanca, del Ayuntamiento lo han tenido y con la Junta, «la interlocución es muy buena pero las ayudas no acaban de concretarse»;«de los millones que anunció el presidente Sánchez a bombo y platillo para empresas vulnerables por el tema Covid nada se sabe».
De seguir así las cosas, Sánchez Benito no lo duda: supondrá «el cierre del sector. La capacidad de resistencia de las empresas es limitada y ya son dos años, no seis meses, los que vamos a facturar con pérdidas».