El falso secuestro para estafar a un amigo que cobró una herencia: Berlanga lo habría hecho película

Al final, la Guardia Civil pone a cada uno en su sitio con la Operación Cirujano y echa el telón a un enredo que acaba con cuatro detenidos. Pero en este sainete entre jóvenes delincuentes, con edades entre 19 y 35 años, los cinco protagonistas -incluida la víctima- suman más de medio centenar de arrestos por más de 1.250 hechos delictivos relacionados con el patrimonio. Sin embargo, los cuatro detenidos están en libertad con cargos después de pasar por un juzgado de Toledo.

El argumento arranca a finales de este verano, según la reconstrucción que ha hilado la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil de Toledo. Un joven de 21 años que vive en Villamiel, y al que llamaremos A, ha cobrado una herencia elevada por la venta de unos inmuebles, lo que llega a oídos de un 'amigo', al que identificaremos como B, de 35 años y residente en la vecina localidad de Bargas. Éste se lo cuenta a unos colegas, C y D, que viven en Daimiel (Ciudad Real) y con los que cierra el secuestro de A para sacarle una suculenta cantidad de dinero.

B va a la casa de A en Villamiel el 21 de septiembre por la tarde. Lo llama antes para decirle que tocará el claxon de su coche para que salga a la calle. La víctima ve desde su casa a dos tipos jóvenes como él, de 22 y 19 años. Sospecha de ellos , pero sale finalmente cuando B llega a la puerta de la vivienda y toca el pito. Cuando A pisa la calle, C se acerca a él para pedirle un cigarro y saca un arma de fuego simulada de entre su ropa. A sale corriendo y se esconde en su casa, mientras que C se sube al muro perimetral de la vivienda y lo apunta desde la distancia mientras lo amenaza para que abra la puerta y salga.

Mientras eso ocurre, D simula que sujeta del brazo al supuesto ideólogo del secuestro y lo amenaza con pegarle un tiro si A no sale de la casa y paga la cantidad de dinero que exigen a voces. Finalmente, C y D se suben al vehículo de B, al que supuestamente obligan a conducir el automóvil para huir de Villamiel mientras chillan amenazas de muerte.

Unos quince minutos más tarde, C y D dejan a B en la explanada del restaurante 'El Chuletero' en Toledo, a 16 kilómetros, y éste telefonea al 112 y al 062 (de la Guardia Civil) para denunciar su intento de secuestro. Luego B recoge en su coche a sus dos supuestos captores, C y D, y los lleva a Daimiel, a 120 kilómetros de la capital de Castilla-La Mancha, de donde los había recogido para cometer el golpe fallido.

Pero no son los únicos que han viajado en el coche para llevar a cabo el plan. El ideólogo había pasado también por Yuncler, en plena comarca toledana de La Sagra, para que los acompañase un cuarto cómplice. Lo denominaremos E y tiene 21 años, aunque no participa en el intento de secuestro de A en Villamiel.

Agentes de la UOPJ de Toledo se hacen cargo de la investigación por los supuestos delitos de amenazas, coacciones y detención ilegal. Les llama la atención que los dos denunciantes (A y B) tienen una pila de antecedentes delictivos, por lo que coligen que alguna deuda podría estar detrás de esta historia.

Durante semanas, los investigadores van deshaciendo el ovillo, que se desenmaraña definitivamente en poco más de dos meses. La Guardia Civil concluye que es un plan trazado desde el principio por B, el supuesto secuestrado. Había contactado con los asaltantes (C y D) para que, cuando B llegara a la vivienda de A, saliera su 'amigo' y los dos compinches lo amenazaran para conseguir una fuerte suma de dinero. Como el plan se vino abajo, idearon rápidamente el falso rapto de B.

En el desarrollo de las pesquisas, en escena aparece el quinto individuo, E, amigo de la víctima y también del falso secuestrado (A y B). Él, que reside en Yuncler, también iba a participar en el reparto del dinero que sus tres cómplices hubieran sacado de A.

Con el ovillo desembrollado, a los agentes de la UOPJ se les suman efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de Toledo y Ciudad Real. También varias patrullas y un perro adiestrado en la localización de armas. El miércoles 24 de noviembre, a punto de amanecer, entran a la vez en cuatro viviendas: Bargas, Yuncler y dos en Daimiel. Además de cuatro detenidos, hallan cinco armas de fuego simuladas, tipo airsoft, y numerosa documentación relacionada con estos hechos.

Se cierra así el penúltimo capítulo de esta trama, que continuará ahora en un juzgado de Toledo por los delitos de denuncia falsa, amenazas y coacciones. De momento, los cuatro detenidos están en la calle con cargos, a pesar de su historial delictivo. Si Luis García Berlanga levantara la cabeza...