Mariano Medina, el hombre que dibujaba los mapas del tiempo con tiza: «Resulta emocionante ver nacer una borrasca»

En los jardines del palacio, los reyes iban saludando a los invitados y, cuando llegó el meteorólogo, el monarca espetó: «Ha habido suerte con el tiempo, ¿eh, don Mariano?». Don Juan Carlos recordaba el aguacero que había fastidiado la fiesta del año anterior y la reina dijo a Carmen: « La primera vez que vi en España la televisión, me encontré con la cara de su marido. Debe resultar como una carga tener un marido tan conocido como el suyo». La esposa de Mariano respondió de una forma ocurrente: «Pues su majestad debe saber bastante de eso, porque no parece que su marido sea un desconocido». A lo que doña Sofía, riendo, contestó: «Claro, qué tonta soy».

El chascarrillo lo cuenta a ABC José Miguel Viñas , meteorólogo de Meteored, que ha rescatado la anécdota que relató hace años el hijo mayor del primer hombre del tiempo, también llamado Mariano, con el que mantiene una fluida y cordial relación.

Mariano padre puso en marcha la información meteorológica en Televisión Española el mismo año en el que el ente comenzó a emitir: 1956. Armado con una tiza, dibujaba en directo los mapas isobáricos sobre una pizarra. Estuvo al pie del cañón, puntero en mano, hasta 1984. Viñas asegura que «contribuyó a popularizar la meteorología como nunca antes nadie había hecho en España. Gracias a él, la cultura meteorológica en nuestro país dio un primer salto, aunque todavía queda un largo camino por recorrer».

El científico legendario nació en el pueblo toledano de Las Ventas con Peña Aguilera hace casi un siglo -el 8 de julio de 1922 se cumplirán 100 años-. Por este motivo, el Ayuntamiento de Toledo prepara un homenaje y la delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla-La Mancha, Paloma Castro, ha pedido que lo nombren hijo predilecto, además de que le dediquen una calle en la ciudad donde está enterrado.

El pequeño Mariano llegó a Toledo con dos años. «Me tocó nacer en familia humilde -decía-, pero no de vagos ni tontos». Estudió en dos colegios y recibió la primera comunión de manos del cardenal Segura en el altar del Transparente de la catedral. Cursó el bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media y formó parte de la coral del centro, que estrenó el himno local en 1933. En esta ciudad también se casó con María del Carmen y en ella nacieron seis de sus diez hijos.

Cursó la carrera de Magisterio, se licenció en Ciencias Físico-Químicas y se doctoró en Ciencias Físicas, pero su vocación era la meteorología, a la que dedicó toda su vida desde 1945 hasta que murió de un infarto de miocardio el 28 de diciembre de 1994 , como contó en ABC el ilustre periodista Luis Moreno Nieto.

El maestro de meteorólogos fue enterrado al día siguiente, una jornada con un tiempo desapacible, en el cementerio municipal de Toledo. Al sepelio no acudió ninguna autoridad local, pero sí familiares y amigos del fallecido.

Entre ellos estuvo José Antonio Maldonado , jefe de información meteorológica de TVE por entonces, visiblemente emocionado cuando el féretro con Mariano fue depositado en el panteón de la familia de Sebastián Martínez y Cano. «Yo ya llevaba nueve años en TVE y, lógicamente, su muerte supuso un gran disgusto y un gran impacto porque falleció repentinamente debido a un infarto», exterioriza el reconocido científico. «Mariano, su hermano Fernando [otro recordado metereólogo] y sus esposas asistieron a nuestra boda»; la de Maldonado y Milagros, ‘Marimili’, quien formaba parte del gremio y «que subió al cielo hace cuatro años», añora su marido.

Cuando Mariano falleció, Viñas estudiaba Ciencias Físicas en la Universidad Complutense de Madrid: «El recuerdo que tengo es que la noticia de su muerte pasó bastante desapercibida. La prensa nacional se hizo eco del fallecimiento, pero la noticia no tuvo la relevancia que, en mi opinión, debería haber tenido». Evoca la necrológica que escribió Maldonado en El País , en la que, «aparte de alabar su labor, se refería al final, triste y amargo, de la etapa de Mariano Medina y de sus compañeros en TVE ». Fueron también los casos de Pilar Sanjurjo y Fernando Medina, quien, junto con Mariano y Eugenio Martín Rubio, formaron el trío de meteorólogos pioneros en la televisión española.

David López-Rey clavó aquel obituario con una chincheta en el corcho de su habitación . «Estudiaba 8º de EGB y compré además el periódico ABC al día siguiente de su muerte», rememora este meteorólogo y presentador en Canal Extremadura.

Manuel Toharia , otro histórico que también presentó la información del tiempo en Televisión Española junto con el ilustre compañero, viaja en el tiempo. «Parece mentira hoy -dice-, pero en aquella época, en los sesenta del siglo pasado (yo tengo ya 78 años), no había hombres del tiempo ni nada parecido en la radio ni en los periódicos...»

Con 19 o 20 años, Toharia leyó el libro de don Mariano 'El tiempo es noticia' , ilustrado por Summers, y le cambió la vida. Literalmente. «Mi idea inicial siempre fue estudiar Medicina -explica-, pero lo de los enfermos y la muerte siempre me agobió como futuro médico; en cambio, las Ciencias Físicas, y mi especialidad después fue la Física del Cosmos, servían para comprender, analizar, incluso predecir, pero no para curar...»

Aquel libro de Mariano le abrió los ojos «hacia aquella Ciencia Física (la meteorología es sobre todo física del aire) que analizaba y predecía, pero aún no sabía curar los fenómenos meteorológicos y climáticos... Cuando hice luego oposiciones al Servicio Meteorológico (entonces militarizado porque dependíamos del Ministerio del Aire) y las aprobé, en parte se lo debí a aquel libro -reconoce Manuel, un torrente de palabras-. Y conocí a Mariano Medina, una celebridad como meteorólogo en lo profesional, como radiofonista en la SER y luego televisivo en la incipiente TVE ».

Mientras Mariano era el hombre del tiempo en el telediario del mediodía, Toharia aparecía en el de las nueve de la noche y Pilar Sanjurjo a medianoche. «Fueron bastantes años -revive Toharia-, en los que nunca dejé de aprender lo que él nos enseñaba con su ejemplo y su buen hacer ». También menciona a Fernando, hermano de Mariano seis años más joven, que fue otro de los hombres del tiempo emblemáticos en TVE , «con mucha experiencia igualmente como meteorólogo, pero quizá algo menos sabio que Mariano».

«Él fue el primer gran científico de la tele , con permiso del profesor Luis Bru y luego del profesor Miravitlles», recalca Toharia sobre Mariano. «Todo suena hoy a prehistoria, pero en aquellos años eran personas vistas por 15-20 millones de telespectadores; sólo había un canal y luego dos. Nada más...».

Mariano era un hombre serio, según su compañero, «porque, sin duda, era muy tímido y eso lo retraía». En cambio, Fernando, «otra bellísima persona, era mucho más abierto y dicharachero que su sabio hermano». «Yo creo que a los dos nos impresionaba la figura de Mariano, que no solo fue un gran científico, sino que descubrió un camino nuevo para divulgar de forma comprensible las cosas del tiempo y sus veleidades », afirma Toharia.

Maldonado, otro clásico de la información meteorológica, ensalza también a Mariano: «Aparte de ser mi jefe en Aemet (entonces Instituto Nacional de Meteorología), fue mi referente en la televisión, el verdadero hombre del tiempo, pero en RTVE no coincidimos».

«El apodo de hombre del tiempo se lo puso Bobby Deglané cuando presentaba el tiempo en el programa ‘Cabalgata Fin de Semana’ en Radio Madrid», añade el actual director de Meteorología en Meteored. «Y pocas personas sabrán que, pese a la seriedad con la que presentaba el tiempo porque era un gran profesional, era una persona muy bromista», manifiesta Maldonado de su jefe, que fue número uno de su promoción en el ingreso en el Cuerpo Facultativo de Meteorólogos.

Los recuerdos de Viñas, nacido en 1969 y un estudioso de Mariano Medina , son más bien pocos sobre uno de sus referentes en la divulgación meteorológica. «A finales de los años 70 y principios de los 80, su etapa televisiva ya estaba en su recta final. Tomé conciencia de lo que representó en toda su dimensión cuando finalicé mis estudios universitarios y comencé a leer algunos de sus libros y artículos».

Entonces descubrió que, al margen de su labor precursora en la televisión en España, Mariano fue uno de los meteorólogos más brillantes durante una larga etapa profesional. «Siempre me ha sorprendido su capacidad de trabajo y ser capaz de compaginar, de la manera en que lo hizo, su labor técnica con su presencia durante tantos años en la primera fila de los medios de comunicación», subraya Viñas.

«Fue el pionero, una figura entrañable de la televisión de mi infancia y un referente primordial cuando, pasado el tiempo, pude dedicarme a la misma labor que él y en el mismo medio, aunque de una manera muy diferente», reconoce Roberto Brasero , hombre del tiempo en Antena 3 .

Natural de Talavera de la Reina, Brasero tiene una anécdota relacionada con Mariano: «Resulta que hace unos 15 años se le hizo un homenaje en su pueblo natal, en el que nos juntamos profesionales y aficionados a la meteorología de toda España y en el que tuve la grata ocasión de conocer a su familia». Pasado el tiempo y después de una imponente nevada en Madrid, Roberto se desplazó a dar el tiempo en directo desde el madrileño parque del Retiro, donde había cuajado la nieve y donde apareció un señor esquiando en el paseo de Coches. «La sorpresa fue mayúscula -expresa- cuando me acerqué a entrevistarlo y era nada menos que Mariano Medina hijo».

«Los que todavía recordamos la televisión en blanco y negro nos acordamos de la figura de un hombre en la pequeña pantalla con una pizarra y una tiza explicando qué tiempo íbamos a tener. Aunque en mi caso me cogió un poco más pequeño, ya que Mariano se retiró en 1984», cuenta Carlos Macías , responsable del área de Meteorología en CMM (Castilla-La Mancha Media). «Además de hombre del tiempo de la tele y precursor de todos nosotros, fue un gran divulgador a través de sus libros publicados sobre meteorología, algunos de ellos de obligada lectura, como 'Iniciación a la meteorología'», cita Macías, quien también es presidente de la Asociación de Comunicadores de Meteorología (Acomet).

Macías tuvo la suerte de conocer a gente que trabajó con Mariano en el antiguo Servicio Meteorológico Nacional, que luego pasó a ser el INM (Instituto Nacional de Meteorología) y ahora es Aemet. Cita a Ángel Rivera , antiguo portavoz de la agencia, que sí estuvo en el grupo de predicción de Medina. «Cuentan que, como solo se le veía de cintura para arriba, una vez le bajaron los pantalones a Mariano haciendo su espacio del tiempo, manteniéndose él con toda la calma y sin que la audiencia se percatara», relata el responsable de Meteorología en CMM .

«Él es, y no sólo para mí, un referente en la comunicación de la meteorología al público general. Hay que tener en cuenta que, cuando Mariano se puso delante de la cámara, fue el primero en hablar de anticiclones, de isobaras o de frentes nubosos; conceptos, hasta entonces, recluidos en el ámbito académico. Fue una labor extraordinaria », resalta David López-Rey, quien cita una frase de su maestro: «...resulta emocionante ver nacer una borrasca (sobre todo si predijo su nacimiento). Uno está convencido de que las leyes físicas que gobiernan la meteorología son verdad».

Irene del Río , mujer del tiempo en CMM , estudiaba 7º de EGB cuando don Mariano murió. «Mis únicos referentes del tiempo eran Maldonado y Montesdeoca, que, por aquel entonces, eran los que se colaban en nuestro televisor», dice esta profesional, quien reclama que se valore más la huella de Mariano en el ámbito de la comunicación: «Sería interesante que trayectorias como la suya tuvieran más visibilidad en carreras como Periodismo. Mariano forma parte de la historia de la radio y, por supuesto, de la televisión en España».

«La popularidad que entre los años 60 y 80 tuvo Mariano Medina es indudable y forma parte del recuerdo de millones de españoles . Lo que es menos conocido y valorado -apunta Viñas-, es lo que aportó aquellos años al desarrollo de la predicción meteorológica en nuestro país, siendo maestro de muchas promociones de meteorólogos que vinieron detrás».

Maldonado está convencido de que la figura de Mariano «sí se ha valorado, si bien es verdad que el tiempo va pasando y las nuevas generaciones ya lo conocen cada vez menos. Es una pena, pero es así. Es cierto que el tiempo va borrando el pasado ».

Brasero asegura que, entre los profesionales de su sector, Mariano «está siempre presente; es un referente, un maestro y fue el pionero». Desde las instituciones, «quizá se puede hacer algo más»; y, por parte del público en general, «no hay que pedir otra cosa que mantenerlo en sus recuerdos -desea-. Él permanece en los de muchas personas».

Para Carlos Macías, que tenía 22 años y la 'mili' acabada cuando Mariano falleció, será «el referente por excelencia de todos los que nos dedicamos al tiempo». «Siempre es recordado con cariño y admiración , aunque creo que su figura ha empezado a coger más relevancia en los últimos años», opina.

López-Rey, criado en Las Ventas con Peña Aguilera, lamenta la falta de reconocimientos públicos hacia su paisano, a quien rindió en su pueblo un emotivo homenaje póstumo en 2008. David estudiaba Física y logró reunir a conocidos rostros de la televisión y herederos del trabajo de Mariano.

«Como ocurre con muchas personalidades científicas y artísticas -explica-, es una vez que fallecen cuando se pone de relieve y se mide justamente el legado que dejan. Medina no ha sido una excepción. En los últimos años sí se está empezando a hablar más de él y, de ahí, esos actos programados». Se refiere, por ejemplo, a la jornada que la Aemet organizará en octubre en Toledo, y en la que participarán varios discípulos de Mariano que hablan en este reportaje y que también intervinieron en el homenaje de 2008.

«Para los que lo conocimos, no sólo fue valorado, sino muy admirado», afirma Toharia, ligado a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia hasta que la pandemia lo obligó a jubilarse, «muy a mi pesar, aunque ya tenía 76 añitos en 2020». Como los viejos rockeros , avisa que seguirá dedicándose a divulgar la ciencia «hasta que me vaya de este mundo». Eso sí, con el legendario Mariano Medina siempre en el recuerdo; el hombre que dibujaba los mapas del tiempo con tiza.