Desaparece Zamorano, el último taller de espadas del casco histórico de Toledo

«Aunque el negocio no exista, el cartel debe seguir ahí. Sale hasta en Tristana y forma parte del patrimonio oculto de Toledo », recordaba Antonio Curado en su ‘tuit’, refiriéndose a la aparición del mítico letrero en la película que hace 51 años rodó Luis Buñel en la capital regional.

La versión cinematográfica de la obra homónima de Benito Pérez Galdós fue incluso candidata al Oscar de Hollywood en 1970, fecha en la que el taller de espadas toledanas Zamorano ya era uno de los más reconocidos de Toledo, puesto que abrió sus puertas casi dos décadas antes.

Sin embargo, el cierre de la fábrica Zamorano no se debe a la crisis económica provocada por el Covid-19, sino a que los espaderos no han podido llegar a un acuerdo con el actual propietario del inmueble, que adquirió a las monjas del convento de Santa Úrsula.

Santiago Encinas, que regentaba actualmente el local, ha explicado que el local pertenece al convento de Santa Úrsula y «cuando se fueron las monjas lo vendieron a un particular con el que no hemos llegado a un acuerdo», explicaba Encinas, que el pasado mes de octubre pasó de ser empleado de la empresa a gerente de la misma, cuando Mariano Zamorano, hijo del fundador, decidió que era momento de jubilarse.

La fábrica Zamorano, que ocupaba el inmueble desde el año 1951 en la calle Cuesta de la Ciudad, muy próxima al Ayuntamiento de Toledo, ha comenzado esta semana el traslado, aunque insisten en que seguirán ofreciendo sus productos a través de la web www.marianozamorano.es.

«La intención es volver a abrir en el barrio, porque es nuestro sitio de referencia, pero no tenemos ningún sitio decidido todavía ni podemos hablar de plazos», ha declarado a eldigital castillalamancha, Santi Encinas.