La Academia alerta del serio peligro que corre el Circo Romano

La Academia subraya que los restos arqueológicos existentes «siguen sufriendo frecuentes agresiones plasmadas en la realización de pintadas y en la destrucción de diferentes estructuras como consecuencia de la ejecución de actos vandálicos». Y todo ello es consecuencia de «la falta de vigilancia efectiva del espacio y del escaso cuidado puesto en el mantenimiento de las estructuras de contención de los taludes», que potencian el aspecto de abandono de los restos.

También son perjudiciales para el estado de los restos algunas acciones que, «aunque mejor intencionadas», dañan los restos, como «la utilización de chorros de arena a presión para elmininar algunas pintadas muy evidentes, con las graves consecuencias que este procedimiento ha tenido para la conservación de algunos de los principales elementos arquitectónicos del inmueble».

En cuanto a la zona arqueológica en la que se asientan los restos del Circo Romano, la Academia destaca la importancia del proyecto de ajardinamiento acometido en el año 1906 por iniciativa de Luis de Hoyos, «que permitió la creación de lo que hoy se llama Parque Escolar » y uno de cuyos feflejos son algunos árboles de gran porte que forman el conjunto arbóreo más antiguo y destacado de la ciudad.

«Su estado actual es más que cuestionable , no tanto por la limpieza y el mantenimiento puntual que se practica, que es aceptable, sino por la falta de un modelo de gestión dirigido a conseguir la conservación del proyecto original que se desvanece cada día que pasa». Otro elemento que destaca la Academia como «olvidado y aislado» dentro del conjunto arqueológico es el arco situado tras la Venta de Aires , resultado del «mantenimiento a ultranza de un parcelario y de una trama urbana recientes que segmentan el monumento e impiden que éste pueda desarrollar su potencial patrimonial, cívico e, incluso, turístico».

Por todo ello, la Academia toledana propone que se tomen las medidas oportunas para frenar los daños que sufren los restos arqueológicos y, sobre todo, pide que se acometa la redacción de un verdadero Plan Especial que implique la conservación del entorno y plantee un proyecto de futuro para el monumento. Todo ello dentro de «un planteamiento urbano global ambicioso que deberá estar en relación con el que se proponga en el resto de la Vega Baja» .