La cultura se cuela en el castillo

Desde el pasado 15 de septiembre, a sus preciosos jardines con vistas al Casco Histórico de Toledo se han acercado numerosos personajes del mundo de la cultura: poetas, escritores, cantantes, grupos de música, actores . En plena pandemia del coronavirus, esta zona ajardinada que se topa frente a frente con el edificio del Alcázar como si el río Tajo no fluyera entre medias, ha sido escenario de un importante fenómeno de reactivación cultural en una ciudad triste y apagada por el azote del coronavirus.

Carlos Rodrigo , funcionario de la Junta de Comunidades, es el director del Castillo de San Servando desde hace un año, pero en su corazón late la poesía. Esta faceta suya de escritor y poeta sin duda ha ayudado a que la cultura se cuele con más brío en el castillo , aunque él le quite importancia y rehúse personalizar en él la labor de este edificio cuya función primordial es la de albergue juvenil impulsado por la Dirección General de Juventud y Deportes y la Viceconsejería de Cultura de la Junta de Comunidades.

Rodrigo destaca la labor de Noelia Pérez , directora general de Juventud y Deportes, en el éxito obtenido con el I V Festival de Canción de Autor , celebrado recientemente en San Servando y por donde han pasado artistas de la talla de Miguel Vigil, Rebeca Jiménez y Kiko Veneno. El castillo también ha sido sede del Erató Fest, festival de poesía que ha contado con la presencia de los más destacados representantes de la joven poesía española como Rocío Acebal o Rosa Berbel.

En unos días, el castillo será escenario de la presentación del último libro de Fermín Bocos, Cristian Gálvez, Lorenzo Silva o Isabel Ralero , así como del reciente poemario de Laura Cubillo. Y aún resuenan los ecos de otros poetas que hace unas semanas pisaron estos jardines con vistas a Toledo. En el último mes han presentado sus obras poetas como Jesús Maroto, Marta Sanz o Antonio Casado.

Carlos Rodrigo quiere «agradecer al mundo de la cultura el cariño y la profesonalidad con que nos trata y colabora en esta época tan difícil y complicada, y nosotros encantados de colaborar con ellos, especialmente a la Biblioteca de Castilla-La Mancha, que es un referente nacional en materia cultural, así como a las editoriales Ledoria, Taiga y Asociación Apolo».

El director de San Servando anima a todo aquel que tenga un fin o inquietud cultural a que utilice el castillo . «Sobre todo en la situación de pandemia en la que estamos, los jardines son idóneos para presentaciones si hace buen tiempo, y también está el salón de actos, que se puede alquilar por solo 11 euros la hora y tiene un aforo de 124 personas (ahora con las restricciones, de 65). Este castillo, que en Toledo es un gran desconocido —no así en el resto de España y fuera de nuestras fronteras— está abierto a todo el mundo porque creo que es una misión que tenemos todos, la de potenciar la cultura y poner a disposición las cosas».

La construccion del castillo de San Servando se inició en 1024, en tiempos de Alfonso VI, que refundó en la fortaleza un monasterio bajo la advocación de los santos Servando y Germano. En 1147 Muñoz de Cervatos conquistó el castillo de manos de los moros. Pasaron los siglos, y en 1857 se convirtió en polvorín, en 1873 se subastó y en 1874, bajo el peligro de demolición, fue nombrado Conjunto Histórico-Artístico Nacional. Hoy, en pleno siglo XXI, tras su reconstrucción en 1959, ha sido colegio menor, sede de las Cortes de Castilla-La Mancha y residencia universitaria. Ahora es albergue y centro cultural reactivado.