cultura
Cañada del Hoyo, en Cuenca, epicentro del arte de vanguardia
reivindicaciones
Además de destacar el programa cultural, Karstica reclama de las instituciones ayudas para acondicionar la estación de esa población, donde se llevan a cabo las actividades

Desde hace cuatro años el Museo La Neomudéjar de Madrid encaró la idea de abrir un espacio de creación en el ámbito rural, y sus pasos la llevan hasta Cañada del Hoyo, en la provincia de Cuenca, porque cumplía una serie de características desde el punto de vista del museo, ya que aunaba ruralidad, despoblación, entorno natural y lo más importante, un territorio vinculado al arte con referencia internacional como es Cuenca gracias al ya desaparecido grupo 'El Paso'. Con esas premisas y la alianza de Adif, se decide que la antigua estación de Cañada del Hoyo es un espacio adecuado para ubicar una residencia artística en inspiración al afamado modelo finlandés, que suele caracterizarse por el aislamiento, el contacto con la naturaleza y la descentralización.
Desde el comienzo, el Museo ha intentado repetidas veces vincular a la Diputación de Cuenca y a la Junta de Comunidades, entendiendo que un proyecto de semejante magnitud iba a ser considerado como una buena herramienta para el desarrollo económico, turístico y de foco internacional. Sin embargo, la dirección del Museo La Neomudéjar ha criticado la falta de iniciativa por parte de los responsables políticos, «desde Lourdes Luna, que nunca ha ofrecido apoyo pese a la línea inequívocamente pro-feminista del proyecto», a la falta de apoyo de la Diputación de Cuenca y de la Administración regional, «cuyos responsables que nunca ha contestado a la solicitud de reuniones».
Pese a todo, aseguran que Kárstica está colocándose como un referente internacional, donde artistas de Costa Rica, Inglaterra, Israel y México han pasado ya por la vieja estación de Cañada del Hoyo, desarrollando líneas de creación acordes con la Agenda 2030 sin ningún apoyo económico de las administraciones publicas de Castilla La Mancha.
También señalan al hecho de que tras el paso de la tormenta Filomena hasta las reparaciones de tejados o fontanería han tenido que subsanarse por parte del inquilino, no recibiendo respuesta alguna de la Diputación de Cuenca, que ahora opera como propietaria tras la cesión por parte de ADIF.
Este proyecto, no solo tiene foco nacional, habiendo sido invitados a participar en la Comunidad de Madrid dentro del foro de espacios independientes de creación contemporánea, sino que la prestigiosa Feria de Arte de Los Ángeles (EEUU) 'Art Show' ha solicitado la participación como institución invitada para el 2023 por el programa de biodiversidad, arte y naturaleza que Kárstica viene desarrollando en estos años- También la Facultad de Bellas Artes ha realizado convenio con Kárstica y alumnos y profesores son asiduos en el programa del espacio, validando la necesaria cooperación institucional.
Este año, tras la pandemia, la eclosión de residentes ha ido in crescendo. Artistas de Chile, de Costa Rica, algunos nacionales y otros de Inglaterra o Israel han dado cuenta de cómo se puede activar el tejido y la calidad artística en zonas rurales. Así, se pueden destacar nombres de la escena nacional como Ana Matey, que recientemente ha desarrollado su proceso 'La Huella de la Acción', Miguel Sbastida, María Gray, Sandra Julve o Marta Lázaro, que han compartido tiempos con artistas internacionales de Costa Rica como Adrián Coto o Cheril Linet (apoyada con el fondo nacional de Chile) que dan cuenta de lo que se está moviendo en este pequeño pueblo de la Serranía de Cuenca.
Por poner un ejemplo, el año pasado Rossella Matamoros desarrolló una exposición con las mujeres de Cañada del Hoyo que se programó en el Museo Madrileño de La Neomudéjar. Esta y otras residencias cofinanciadas con el CCECR van a ser mostradas en el Centro Cultural de España en San José. Actualmente, los artistas residentes trabajan desde ópticas de escucha con la naturaleza, los procesos del colapso, la geomorfología y perspectivas de género.
El programa de residencias pone el foco en la interactuación con el pueblo y sus habitantes. Varios de los procesos de artistas han sido desarrollados en complicidad con la población de Cañada del Hoyo, que desde el primer momento ha sido profundamente cómplice del proyecto y desde Kárstica los siente como familia. Además, este año Kárstica participará en la semana cultural del pueblo, sumándose al empuje que este singular paraje está haciendo contra la despoblación. El programa de residencias se ve limitado a una temporalidad de primavera a primeros de otoño, dado que el edificio no reúne condiciones de habitabilidad para el frío. «Pese a la solicitud de acondicionamiento y apoyo para tener un programa de invierno en el que instituciones del norte de Europa están interesadas en enviar artistas, de momento seguimos en esa espera eterna que manejan los políticos», señalan desde la institución.
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